Ocurrió hace pocos días. Exactamente, el pasado 26 de mayo. Y el gesto, por inhabitual, ha alcanzado una extraordinaria notoriedad. Su protagonista es la deportista Carmen Ramos Vellón. La atleta del Playas de Castellón, especializada en pruebas combinadas, ha recibido todo tipo de elogios y halagos. No es para menos. La componente del FER, a punto de cumplir los 21 años, ha demostrado ser solidaria, generosa, fraternal, entrañable. Ha acreditado que la codicia, la ambición o el egoísmo no van con ella. Ha abrazado los valores del deporte en su estado más puro.
En Götzis, Austria, sede de la una de las Reuniones Internacionales de pruebas combinadas más prestigiosas y célebres, Carmen Ramos reaparecía tras un año infernal y lleno de lesiones. Todas ellas, musculares. Como era previsible, la atleta castellonense sufrió. Pagó su larga inactividad y acusó el excelso nivel que preside el certamen. A todos estos peajes, hay que añadir su carácter. Carmen es ganadora, es ambiciosa, en el buen sentido de la palabra, es temperamental, es puro nervio, es puro ímpetu. “Soy un poco ansiosa e impaciente. Cuando no me salen las cosas, me cuesta aceptarlo. Sobre todo, en plena competición. Me rebelo”, expresa la atleta FER. En Austria, Carmen lo pasó especialmente mal durante la primera jornada. En la segunda, se tranquilizó… y demostró su grandeza humana.
A falta de los 800m, la última de las pruebas que componen el heptatlón femenino, Carmen ya lo tenía todo hecho. No le pasaba lo mismo a María Vicente, la perla del futuro, ese prodigio de 18 años que apunta a estrella internacional. La combinera catalana tenía a tiro conseguir el récord de España absoluto y arrebatárselo, precisamente, a Carmen Ramos, quien lo fijó en 5.905 puntos durante el Campeonato de España sub-23 del pasado verano en Soria. En otro deporte, la reacción de la deportista castellonense sería impensable. Pura utopía. Sin embargo, Carmen exhibió un altruismo sobrecogedor. Una generosidad fuera de lo normal. “Yo sabía que María estaba en condiciones de batir el récord nacional de heptatlón. Y no lo dudé. Le dije a mi entrenadora, Manoli Alonso, que, si María y yo corríamos la misma serie, iba a hacerle de liebre para que lo consiguiera. Manoli, por supuesto, asintió y me dijo que adelante. De verdad, era lo que sentía y lo que deseaba”, recuerda Carmen.
Y así lo hizo. Carmen Ramos tiró de María Vicente hasta donde sus piernas y sus fuerzas se lo permitieron. El desenlace fue de justicia poética. María Vicente se quedó a las puertas del récord de España. Totalizó 5.900 puntos. Es decir, no pulverizó la marca firmada por la deportista FER hace casi un año. La castellonense sigue ostentando el mejor registro nacional absoluta de la especialidad. Y, sobre todo, se ha ganado el respeto, el cariño, la consideración y la admiración de todo el atletismo español. Estudiante del Grado en Química, Carmen Ramos ha hecho gala de unos valores estremecedores. Y ha demostrado que un deportista no sólo se mide por su resultados, logros y marcas. También, por gestos y detalles. Por ello, la atleta FER es toda una plusmarquista. En nobleza, integridad y generosidad.