Segunda entrega dedicada al Campeonato del Mundo de judo, torneo que se está celebrando en Uzbekistán. Ayer, jueves, compitió Julia Figueroa (menos 48 kg), quien ocupó una meritoria quinta plaza tras ganar los tres primeros combates, pero perder en las semifinales y en el combate por el bronce. Hoy, hablamos con el segundo embajador FER en este certamen mundialista, Salvador Cases Roca (categoría de menos 73 kg). Compite mañana.
Salva Cases: “Llego muy bien; si tengo un buen día, todo es posible”
Salvo una lesión en la muñeca, todo han sido buenas noticias para Salva Cases (Alicante, 23 años) durante este 2022. A finales de enero, alcanzaba su primer podio en un gran evento internacional gracias a la medalla de plata conseguida en el Grand Prix de Portugal. Y principios de abril, daba un paso más y conquistaba la medalla de bronce en el Grand Slam de Antalya, Turquía. Además, rozó las medallas en el Campeonato de Europa disputado en Bulgaria, torneo en el que ocupó una notable quinta plaza.
Precisamente, en este certamen continental, sufrió un percance en su muñeca derecha, contratiempo que le ha provocado bastantes quebraderos de cabeza. De hecho, tras el Europeo, el judoca alicantino estuvo un tiempo sin poder entrenar con normalidad. Reapareció a principios de septiembre, momento en que alcanzó la plata en el European Open de Riccione, Italia. Ahora, el deportista FER pone a prueba su crecimiento y sus nuevas características sobre el tatami. Ya no es pura vehemencia. Su extrema fogosidad de hace un tiempo ha evolucionado a un judo más calculador, más táctico, más inteligente, más paciente. Cases afronta su segundo Mundial absoluto. En 2021, en Budapest, ganó tres combates y acabó en una meritoria séptima posición.
Afortunadamente, sí. Puedo decir que estoy al 100% de la muñeca y que llego a este Mundial con muy buenas sensaciones.
Por su propio valor y por superar el listón del pasado año, un quinto puesto sería un muy buen resultado. Pero, si tengo un buen día, todo es posible.
Nos hemos centrado en reforzar la resistencia y hemos incrementado las sesiones de cardio. Más allá de estos detalles, es obvio que los buenos resultados alcanzados en los últimos meses me han aportado más seguridad a la hora de manejarme y doficarme en el tatami. He aprendido a escuchar mi cuerpo y a saber darle descanso en pleno esfuerzo.
Creo que puedo luchar de tú a tú contra todos. Es cierto que, en torneos de esta dimensión y trascendencia, la experiencia se nota. Y a mí, quizás, todavía me falta algo de recorrido. Pero estoy muy motivado y confío mucho en mí. Vienen unos meses con eventos de gran relevancia. Lo más importante va a ser la constancia y una cierta regularidad. Así podré lograr mi gran sueño: el billete olímpico.