Segunda entrega dedicada al Campeonato del Mundo de judo, evento que va a desarrollarse en Doha a partir de este próximo domingo. Ayer, nos ocupamos de Salvador Cases. Hoy, es el turno de Ana Pérez Box, quien, en junio de 2021, en Budapest, conquistó uno de los principales éxitos de su carrera: la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de aquella edición. Desde entonces, la deportista FER se adentró en una etapa especialmente adversa, que se inició en los Juegos Olímpicos de Tokio y se prolongó durante todo el año 2022. Felizmente, con el inicio del nuevo curso, todo ha cambiado. Ana (Alicante, 27 años) estableció el punto de inflexión el pasado 16 de febrero, jornada en que logró la plata en el Grand Slam de Tel Aviv, y ratificó su resurgimiento el 3 de marzo, día en el que alcanzó el bronce en el Grand Slam de Uzbekistán. Tres semanas después, no tuvo tanta suerte y cayó eliminada en el primer combate del Grand Slam de Tiblisi.
Ana (categoría de menos 52 kg) ha relanzado su candidatura olímpica. Ahora, se dispone a afrontar su cuarto Campeonato del Mundo. En el de Bakú 2018, fue eliminada en el primer cruce. En el de Tokio 2019, fue novena tras ganar dos combates y perder en los octavos de final. Por último, en el de Budapest 2021, logró la plata anteriormente reseñada. La alicantina competirá este lunes, 8 de mayo.
De ese dedo, no del todo. Es un dedo en el que, curiosamente, ya he tenido alguna lesión. Es decir, es una zona especialmente sensible. No obstante, más allá de este contratiempo concreto, me vino bien no hacer Turquía. Había empezado el año con mucha exigencia, había encadenado cuatro torneos en apenas tres meses, y necesitaba un descanso. Si algo aprendí en el horrible 2022, es que hay que saber escuchar a tu cuerpo y hacerle caso cuando te pide una tregua.
Espero y deseo que aquella travesía por el desierto en 2022 ya sea historia. Bastante mal lo pasé. Dicho esto, es obvio que la plata de Tel Aviv y el bronce de Uzbekistán han sido un punto de inflexión y una inyección de optimismo, pero creo que, todavía, no han mostrado mi mejor versión. Esto es una carrera de fondo.
Por supuesto que me veo preparada para luchar de tú a tú con cualquiera, Lo he demostrado más de una vez y espero acreditarlo, de nuevo, en este Campeonato del Mundo. Los retos que se presentan más complicados son los que más me gustan y más me motivan.
Sin duda, el judo de suelo es una de mis principales bazas. Tenerlo en la recámara me aporta un plus de confianza y seguridad. Pero también me veo con opciones de ganar con el judo de pie. En suma, sigo trabajando en todas las facetas y técnicas para ser, cada vez, más completa.
Aún no está definido por completo, pero lo más seguro es que participe en el Grand Slam de Kazajistán el 16 de junio (este es el último torneo que cuenta al 50% en el ranking olímpico) y en el Grand Slam de Mongolia el 23 de junio (esta competición ya cuenta al 100%). En julio, no hay ningún evento. Por tanto, aprovecharemos para preparar a tope el Master, que se celebra el primer fin de semana de agosto en Budapest.