La alternancia de ciclos bonancibles o con otros más precarios es habitual en el mundo del deporte. Tras unos años apoteósicos en los que se convirtió en un auténtico filón, el tenis español se asoma a una etapa de ciertas dudas. Aunque de leyendas del nivel de Rafa Nadal y David Ferrer todavía se pueden esperar capítulos gloriosos en cualquier momento y en cualquier torneo (el mejor ejemplo es la espectacular actuación que está firmando el balear en el Open de Australia), todo apunta a que las dos grandes raquetas nacionales de los últimos 12 años ya no podrán mostrar con tanta regularidad la grandeza de antaño. Al corto plazo, el mejor exponente para asumir el relevo es Roberto Bautista, quien, a sus 28 años, se encuentra en plena madurez y con serias aspiraciones de conseguir un importante éxito. Pero al medio y largo plazo, se mezclan las incógnitas y las esperanzas. Estas últimas pasan por la llamada “Generación del 97”, un ramillete de jugadores nacidos poco antes del cambio de siglo, y entre los que figura el valenciano e integrante del Proyecto FER Bernabé Zapata.
¿Cómo llevas el formar parte de la llamada “Generación del 97”, el grupo de jugadores llamados a asumir el peso y las esperanzas del tenis español en cuestión de 3 o 4 años?
No me supone ninguna presión especial. Todo lo contrario. Es un honor que la afición y la prensa que sigue el tenis hable de nosotros como los llamados a asumir el relevo de tenistas que han aportado tantos éxitos al deporte español.
Aunque repetir los espectaculares logros de Rafa Nadal y David Ferrer sea muy complicado, ¿crees que algún componente de la “Generación del 97” puede alcanzar el máximo nivel internacional?
Hay que ser realistas. Igualar el nivel y la grandeza de los Nadal y Ferrer es muy difícil. Como ellos, hay pocos. Pero no solo es difícil que alguien de la “Generación del 97” pueda emular al medio y largo plazo a Rafa y David; también lo es para grupos de jugadores aún más jóvenes. Ahora bien, estoy seguro de que alguno de los chicos de mi edad va a alcanzar un nivel muy bueno en pocos años.
En 2016, ganaste tres torneos ITF y concluiste el año en la posición 407 del ranking internacional. ¿Qué nota le pondrías al pasado ejercicio y por qué?
Un 7. A pesar de los tres torneos que gané, soy exigente conmigo mismo y soy autocrítico, y no quedé del todo contento. Además, en mi mejor momento del curso, cuando alcancé la plaza 360 del ranking internacional, me vi afectado por una neumonía que ya me impidió brillar en la parte final de la temporada. Hubo de todo, fue un año de claroscuros, pero creo que lo puedo hacer bastante mejor.
¿Hasta dónde pretendes ascender en este nuevo curso del 2017?
No quiero ponerme ninguna meta concreta. Reconozco que, si pudiera acabar 2017 entre los 300 primeros del mundo, estaría fenomenal, pero ya digo, no quiero marcarme objetivos a medio o largo plazo. Solo me preocupa ser mejor tenista día a día, y a notar progresión torneo a torneo
¿Cuáles son tus planes para 2017, seguir jugando torneos ITF o saltar a los Challenger y entrar en las previas de los torneos ATP?
Mi idea para esta temporada es alternar el Circuito Challenger con la disputa de torneos ITF Futures. Lo de las previas de los torneos ATP quizás habrá que esperar a 2018.