No abundan, pero tampoco escasean. Son reducidas, pero también reales. En suma, hay opciones. Dos féminas del Proyecto FER se aferran a sus posibilidades (modestas, pero existentes) de estar en los Juegos del próximo verano en París. Ambas compiten a bordo de sendas embarcaciones. De piragüismo, Bárbara Pardo. De remo, Ana Navarro. Su sueño olímpico ha de superar diferentes etapas. El primer requisito (además, indispensable) es el de ser seleccionadas para disputar sus respectivos Preolímpicos. El segundo, no menos innegociable, pasa por lograr los ansiados billetes. Es decir, los retos son arduos, pero no imposibles. Hay partido.
Por mucho que llegara en una prueba que no forma parte de los Juegos Olímpicos, el éxito de Bárbara Pardo (Antella, 24 años) en el Campeonato del Mundo de piragüismo del pasado verano resultó superlativo. La palista valenciana y el vasco Iñigo Peña conquistaron la medalla de bronce en el K2-500m mixto. Es el mayor hito en la carrera de la deportista FER. Hasta la fecha, sus resultados más brillantes habían llegado en diversos Mundiales sub-23. Por ejemplo, en el del 2022, celebrado en Hungría, fue quinta en el K2-500m. “Necesitaba un logro de esta relevancia, de estas características. Primero, para dar sentido y justificación a tantos años de dedicación a este deporte. Y, sobre todo, para, en cierto modo, compensar la decepción sufrida en los Juegos Europeos, a mediados de junio en Polonia, donde un percance nos impidió alcanzar un buen resultado en el K4-500m. Aquel bronce en todo un Mundial absoluto y en mi primer año como senior representó todo un chute de motivación de cara al futuro Me hizo muy feliz”, comentó Bárbara Pardo hace unos meses.
Ahora, la deportista valenciana ya se centra en exprimir todas sus opciones de estar en los Juegos de París. Tres son las pruebas que el piragüismo de kayak femenino aporta al programa olímpico. De las tres, el deporte español se ha asegurado el billete de París en dos: en el K4-500m y en el K1-500m. La embarcación nacional que todavía ha de ganarse el pasaporte para los Juegos del próximo verano es el K2-500m. Tendrá que hacerlo en el Preolímpico de 2024, previsto en Hungría a principios de mayo. “Sé que el reto es complicadísimo. Y no sólo por alcanzar la clasificación; también, incluso, por ser una de las componentes de esas embarcaciones, pero yo no renuncio a nada. Confío en mis posibilidades. Si ya lo hacía antes del Mundial, tras el bronce en Alemania, más todavía. Sé que, felizmente, hay mucha competencia en el piragüismo español, pero también sé que tengo mis opciones; especialmente, en el K2-500. Ojalá pueda ir al Preolímpico” señala la palista FER.
Por lo que respecta a Ana Navarro, la deportista FER (Alicante, 22 años) ha tenido un 2023 muy complicado. Desde el principio del curso, se vio condicionada por una enfermedad ocular, de la que no se recuperó plenamente hasta el mes de mayo. Después, sufrió una decepción deportiva en el Campeonato del Mundo sub-23, en Bulgaria. Ana formó parte de la embarcación española que afrontó la prueba de “cuatro sin timonel”. Las expectativas eran muy altas. En los días previos, incluso, se habló de la posibilidad de luchar por las medallas. Por desgracia, la competición no trascurrió nada bien. El cuarteto nacional no pudo clasificarse para la final A, la que disputan las seis mejores embarcaciones tras la series clasificatorias y repescas.
Ahora, una vez ya cerrada su etapa como sub-23, y una vez plenamente incorporada a la categoría absoluto, Ana Navarro aspira a ser una de las componentes del barco español que disputará la modalidad de “cuatro sin timonel” en la Regata clasificatoria para los Juegos Olímpicos que se desarrollará en Hungría entre el 25 y el 28 de abril. “Sé que es muy complicado, porque sólo hay 4 plazas y somos diversas aspirantes, pero soy optimista. Aunque, por diferentes razones, la pasada temporada no fue nada favorable, estoy convencida de que puedo volver a ser la Ana competitiva y fuerte de los años 2021 y 2022. Y si soy seleccionada, iremos a la Regata Preolímpica a dejárnoslo todo para que esta embarcación del cuatro sin se clasifique para los Juegos de París. Es difícil, pero no es imposible”, apunta, para finalizar Ana.