Más que un objetivo, era una ilusión. Bárbara Pardo (Antella, Valencia, 24 años) siempre tuvo claro que el pasaporte para los Juegos Olímpicos de París representaba un reto superlativo y de extrema dificultad. Nunca se resignó, pero sí fue consciente de la magnitud del desafío. Lo comprobó, de primera mano, en el Selectivo Nacional de piragüismo, celebrado en Galicia a principios de abril. Pese a ofrecer unas prestaciones más que correctas, no pudo conseguir los resultados que, cuanto menos, le hubieran permitido viajar al Preolímpico de Hungría y competir en la modalidad del K2-500m. Aunque este torneo internacional de repesca sólo concedía un billete en cada prueba (es decir, las opciones reales de llegar a París eran escasas), Bárbara no experimentó esa satisfacción de, al menos, haber llegado a la última etapa previa a unos Juegos. Tendrá que esperar al próximo ciclo. Condiciones y, sobre todo, ilusión y ganas no le faltan.
Pese a este baño de realismo, la temporada no ha terminado para Bárbara Pardo. La palista valenciana dispone de una magnífica oportunidad para saldar deudas, para pasar página, y para rearmarse de optimismo y autoestima de cara al futuro. A la deportista FER le espera en Alemania todo un Campeonato de Europa. Bárbara afrontará dos pruebas: el K4-500m y el K2-500m. Así se expresa la palista de Antella horas antes de que, este jueves, 13 de junio, empiece la competición.
Exactamente, no sabemos si los países participantes en este Europeo van a llevar a los cuartetos, digamos, titulares (es decir, los que disputarán los Juegos) o, como en el caso de España, a cuartetos alternativos. En cualquier caso, nosotras hemos hecho una buena preparación y hemos aplicado unos cambios que nos permiten mejorar nuestras prestaciones. Yo creo que podemos ser una de las 9 embarcaciones finalistas.
No creo que haya mucha diferencia o que estemos tan lejos del K4-500m de los Juegos de París. Quizás, la gran diferencia resida en la experiencia. Nosotras somos más jóvenes, pero, por esta misma razón, tenemos margen de mejora.
Más que decepción, experimenté rabia por quedarme tan cerca de conseguir el billete para el Preolímpico. Pero, teniendo en cuenta que mi compañera y yo éramos de las más jóvenes, que llevábamos muy poco tiempo juntas en el K2-500m y que nos enfrentábamos a rivales más expertas, lo realizado en ese Selectivo me da un plus de motivación para el futuro. Para mí, París era algo impensable hasta hace poco, pero la progresión que tuve en los dos últimos años me generó una gran ilusión. Dicho todo esto, siempre fui consciente de que mi ciclo olímpico era el siguiente.
Principalmente, me gustaría enfocarme hacia el K4-500m, que es la prueba reina del piragüismo y la que más trabajo conlleva. Lograr una óptima adaptación, una buena compenetración entre las cuatro componentes de la embarcación es muy difícil, pero, si se consigue, la sensación es maravillosa. Dicho esto, no descarto, ni mucho menos, ni el K1 ni el K2.