La natación ha sido una de las modalidades más afectadas durante este proceso provocado por la pandemia del covid-19. Al tiempo, todos sus estamentos (directivos, entrenadores, deportistas) se han mostrado muy reivindicativos a la hora de pedir soluciones y comprensión para un deporte con unas características tan singulares. Para un nadador del máximo de nivel, estar dos meses sin ejercitarse en una piscina representa mucho más que una situación anómala. Es una rémora, cuyos efectos negativos tardarán en paliarse. Aunque con ciertas restricciones y condiciones, los nadadores españoles de élite ya pudieron sumergirse, de nuevo, en una pileta a principios de la pasada semana. Entre ellos, Lidón Muñoz del Campo. La castellonense es hoy la protagonista del repaso de la vuelta a los entrenamientos de los deportistas del Proyecto FER.
Tras 66 días de sequía, la impresión de Lidón, cuando vio la piscina, le remontó casi a su niñez. “Después de más de dos meses encerrada en un piso de Barcelona, al aterrizar en el CAR, tuve la misma sensación que cuando era una niña y me iba a dar el primer baño del verano. Sentí una gran emoción. Parecía que ese momento no llegaría nunca. Afortunadamente, ya hemos cerrado un paréntesis que se nos ha hecho eterno. Aunque todos los deportistas, sean de cualquier disciplina, han sufrido durante toda esta coyuntura, para los nadadores, sin nuestro hábitat natural tan específico, ha sido bastante duro”, señala la nadadora castellonense.
Al aterrizar en el CAR, tuve la misma sensación que cuando era niña y me iba a dar el primer baño del verano
Lidón Muñoz
De su reencuentro con la pileta, Lidón Muñoz extrae conclusiones contradictorias. “Me he encontrado mejor que en septiembre, cuando empezamos la temporada, aunque peor de lo que me esperaba, teniendo en cuenta todo el trabajo que habíamos hecho durante el periodo de confinamiento. Pero no me desespero. Sé que volver al máximo nivel me va a llevar un tiempo», comenta la nadadora del Proyecto FER.
Lidón tiene asimilado que, por un tiempo, las condiciones serán especiales. “Para empezar, tenemos que desplazarnos al CAR de Sant Cugat con mascarilla y guantes. Nada más llegar, nos toman la temperatura. No utilizamos los vestuarios y nos cambiamos en el borde de la piscina. En todo momento, hemos de guardar las distancias. Y ya en la piscina, hay una separación de una calle entre los diversos nadadores. Cuando acabamos, nos volvemos a cambiar a pie de piscina, nos ponemos ropa seca y nos vamos a casa a ducharnos. En fin, es lo que toca en este momento. En mayor o menor medida, toda la sociedad se ve afectada”, comenta la deportista FER.
Aunque es consciente de que todas las incógnitas no van a despejarse de inmediato, Lidón sí desearía saber, cuanto antes, dos informaciones. La primera es conocer un calendario.“Por mucho que nos mentalicemos para ser pacientes, por mucho que tengamos claro que esta situación no se va a resolver de hoy para mañana, sí sería interesante tener una hoja de ruta definida, aunque sea a largo plazo. Es decir, saber, por ejemplo, si van a celebrarse el Campeonato de España de piscina corta de noviembre en Castellón o el Campeonato del Mundo de piscina corta de diciembre en Abu Dabi. Más que nada, para conocer a qué atenernos, para tener un horizonte más claro, para darle un mayor sentido a nuestros entrenamientosy para no caer en la incertidumbre, que es lo peor”, comenta la castellonense.
Sería interesante tener una hoja de ruta definida, aunque sea a largo plazo
Lidón Muñoz
La segunda incógnita pasa por saber si se respetarán las preclasificaciones olímpicas obtenidas a finales de 2019 en Ámsterdam. “Desde luego, sería lo lógico. Esperemos que no nos hagan empezar de nuevo desde cero. En todo caso, mejor no especular. Vamos a confiar en que en la nueva temporada pueda arrancar en septiembre con una cierta normalidad, y vamos a ir día a día, semana a semana”, añade Lidón. De momento, ya ha vuelto a sumergirse en una piscina. Un gran alivio.