Enrique Llopis, Fátima Diame, Eusebio Cáceres, Claudia Conte, Jorge Ureña… El Proyecto FER acoge en sus filas a atletas de un extraordinario nivel. Auténticas estrellas, tanto nacionales como internacionales. Tras sus pasos, aparece un amplísimo ramillete de jóvenes deportistas dispuestos a asumir el relevo. Un buen ejemplo es Andreu Boix Esteve (Moncofa, 21 años, sub-23 de tercera y última temporada). El discípulo de la prestigiosa Manoli Alonso es uno de los ‘combineros’ más prometedores del atletismo español. Para su desgracia, las lesiones le han castigado en demasía durante los últimos tiempos. Sin ir más lejos, durante su etapa como sub-20, no pudo disputar ni el Mundial de 2020 (por la pandemia, se celebró en agosto de 2021 en Kenia) ni el Europeo de 2021, torneo desarrollado en Estonia.
A principios de este curso, también sufrió los rigores del infortunio. Durante el último fin de semana de enero, el deportista FER estaba completando un fantástico heptatlón en la Reunión Internacional de pruebas combinadas que se celebraba en Clermont Ferrand, Francia. Andreu encadenaba marcas personales con inusitada facilidad. Iba camino de establecer un registro de ensueño y, por supuesto, de superar, con holgura, su mejor registro bajo techo, esos 5.532 puntos acumulados en el Nacional sub-23 de 2022, en Salamanca. Lamentablemente, cuando disputaba la sexta y penúltima prueba, la pértiga, sufrió una lesión muscular y tuvo que retirarse. Acostumbrado a estos contratiempos, Boix fijó su mirada en una temporada de aire libre muy especial. En julio, había Europeo sub-23. Su momento.
Antes del certamen continental, el atleta castellonense demostró lo que es: todo un talento con un gran presente y un mejor futuro. Andreu se adjudicó la victoria en la Reunión de Arona. Además, hizo añicos su marca personal. Pasó de 7.550 a unos deslumbrantes 7.961 puntos. Ya en Finlandia, sede del Europeo, el discípulo de Manoli Alonso experimentó una montaña rusa de emociones. No todas las pruebas salieron bien. No estuvo al rutilante nivel exhibido en Arona. Pero se agarró a la competición. No se resignó. Luchó lo indecible. Al final, sumó 7.844 puntos y concluyó en una meritoria séptima plaza. Ahora, a las puertas de una nueva temporada, así se expresa.
Bien. Hemos entrado ya en semanas de mayor carga e intensidad. Los entrenamientos ya son muy exigentes. De momento, lo llevamos bien. Buenas sensaciones.
Es uno de los objetivos. No sé si el principal, pero sí, uno de los objetivos. Desde luego, si lo logro, demostraré que estoy en el camino correcto. Y, si quiero progresar, tendré que conseguirlo más tarde o más temprano. Me veo capacitado para alcanzarlo.
En pista cubierta, lo veo más difícil, pero en aire libre, sí puedo decir que la clasificación para el Europeo de Roma es el principal objetivo de la temporada. Vinculo este reto al de superar los 8.000 puntos en un decatlón. Sin duda, sería la mejor manera de estrenarse en una gran competición internacional de la categoría absoluta.
Trabajándolos. Vamos a dedicarle más tiempo para mejorarlos y tenemos pensado estar en alguna concentración específica de esta modalidad.
En principio, la idea es disputar una prueba combinada en Valencia a principios de diciembre. Después, queremos volver al Meeting de Clermont Ferrand. Si compito a Francia, según me haya ido, ya decidiré si hago el heptatlón en el Nacional sub-23 o en el Nacional absoluto. Lo normal, por fechas y márgenes temporales, es que haga el Campeonato de España absoluto.