Grand Prix de Perth, 3 de noviembre de 2019, medalla de plata. Éstas son las coordenadas deportivas, espaciales y temporales del último gran éxito logrado por Ana Pérez Box. Hasta hoy. 18 meses y nueve competiciones después, la judoca alicantina, de 25 años, ha vuelto a ocupar una plaza en el podio de un gran certamen internacional. La deportista FER ha dado un paso prácticamente definitivo para los Juegos Olímpicos de este verano al lograr el bronce en el Grand Slam de Kazán, el penúltimo evento puntuable en la carrera olímpica hacia Tokio (el último será el Campeonato del Mundo, previsto para principios de junio en Budapest).
Tras un 2019 en el que se mostró pletórica y en el que consiguió hasta cuatro podios (plata en el Grand Prix de Marrakech, plata en el Grand Slam de Ekaterimburgo, bronce en el Grand Prix de Budapest y plata en el Grand Prix de Perth), la judoca alicantina atravesaba una sequía de éxitos. Primero, por la crisis sanitaria y la falta de eventos; pero, además, porque no había tenido la brillantez o la inspiración suficientes en los torneos que había disputado antes o después de la pandemia. Sin ir más lejos, desde que se reanudaron las competiciones, a partir de noviembre del pasado año, Ana Pérez había estado presente en cinco certámenes. Sus mejores resultados habían sido dos quintas plazas. Curiosamente, en sendos Campeonatos de Europa (en el disputado en Praga en noviembre de 2020, en el desarrollado en Lisboa en Lisboa hace pocas semanas, durante el pasado mes de abril).
Hoy, en Kazán, la judoca alicantina sólo ha sufrido una derrota. En semifinales, ha cedido ante la japonesa Abe Uta, la número 2 en el ranking olímpico en la categoría de menos 52 kg. Con anterioridad, en los octavos de final, había superado a la rusa Nagucheva, y, en los cuartos de final, había vencido a la suiza Tschoop. En la lucha definitiva por el bronce, Ana Pérez Box ha ganado a la israelí Gefen Primo
De esta forma, Ana Pérez Box acaricia su presencia en los Juegos de Tokio. La ventaja con respecto a Estrella López Scheriff, la otra judoca española aspirante a la plaza olímpica en menos 52 kg, es amplísima. Sólo una improbable combinación en el Mundial de Budapest podía apartar a la judoca alicantina de la gran cita en la capital nipona. La recompensa más preciada está al caer. Y es más que merecida