Es todo potencia. Es una fuerza de la naturaleza. Es un titán
capaz de mover la bicicleta con brutales desarrollos. Es un
purasangre. Y, desde ayer, es subcampeón de Europa. Cuatro
meses después de lograr la medalla de bronce en el Campeonato
del Mundo de ciclismo en pista, Alejandro Martínez Chorro ha
confirmado su crecimiento con la plata lograda en la prueba de
1 kilómetro contrarreloj del Europeo, torneo que se está
disputando en Suiza durante toda esta semana. De esta manera, el
velocista alicantino (San Vicente del Raspeig, 25 años) da
muestras de su madurez y fiabilidad. Ya no sólo por ocupar
dos podios internacionales del máximo prestigio en tan corto
margen de tiempo. También, por los tiempos establecidos. Para
el deportista FER, bajar del minuto ya es pura rutina. En el
Mundial de París, ocupó la tercera plaza con 59.871. Ayer, en el
Campeonato de Europa, hizo 59.501 en las series clasificatorias de
la mañana y paró el crono en 59.687 en la final vespertina. Sólo
cedió ante un rival inabordable, el holandés Jeffrey Hoogland.
Hace pocos días, Alejandro Martínez Chorro comentaba a este
mismo portal informativo que acudía al Campeonato de Europa con
confianza y optimismo. “Al contrario de suponerme una presión
añadida, el bronce mundialista me ha aportado tranquilidad y
seguridad. Además, los últimos entrenamientos y competiciones
me dicen que estoy a un buen nivel, y que puedo ser competitivo en
este Europeo. Si muestro mi mejor versión, puedo estar en las
plazas de podio”, señalaba poco antes de viajar a Suiza.
El ciclista alicantino apenas tiene tiempo de disfrutar y saborear
este éxito. Su reto es trasladar el fulgor mostrado en el
kilómetro contrarreloj a las pruebas que sí son olímpicas. Este
viernes, disputará la velocidad individual. Para el domingo, queda
el keirin, la modalidad que puede abrirle las puertas de los
Juegos Olímpicos de París. En el Europeo del pasado año,
celebrado en Múnich durante el mes de agosto, Martínez Chorro fue
14º (de 22) en la velocidad individual y acabó en la 10ª plaza (de
20) en el keirin. Sus últimos entrenamientos le permitían ser
optimista. Ahora, tras la reciente medalla, su moral estará por
las nubes. Es su momento.