Un año después de alcanzar la gloria olímpica y conseguir la medalla de plata en los Juegos de Río 2016, Alejandra Quereda y Elena López siguen meditando su futuro sin descartar nada. Están dispuestas a todo. Contemplan todas las opciones. Incluso, volver a la alta competición de la gimnasia rítmica.
Las dos gimnastas del Proyecto FER están pagando actualmente el precio de subirse a un podio olímpico, ya que ambas se siguen recuperando de sus respectivas lesiones. Elena López acaba de someterse, por segunda vez en medio año, a una nueva intervención quirúrgica de su pie izquierdo. El proceso de recuperación, como señala la propia deportista, se extenderá hasta finales de año.
Mientras, la lesión de Alejandra Quereda es algo más compleja. Desde hace cuatro años, la deportista alicantina sufre molestias en su cadera debido a que tiene una rotura en el labrum, un anillo que cumple la importante misión de estabilizar la cabeza femoral en la cadera. “Es una lesión complicada de diagnosticar y ahora mismo los médicos están valorando la mejor opción para tener una vida normal sin dolor”, admite la gimnasta FER
Por ello, a día de hoy, sus principales objetivos pasan por recuperarse. Una vez estén listas, valorarán si se encuentran en plenas condiciones físicas para volver a practicar la gimnasia al máximo nivel, ya que, como indica la propia Alejandra Quereda, en su caso los médicos no le garantizan que le cirugía le permita volver a la alta competición.
Aún así, y tras los discretos resultados en 2017 del nuevo equipo senior, que está plagado de juventud y gimnastas sin apenas experiencia internacional, no descartan su vuelta. Esta reincorporación se puede ver reflejada ayudando al nuevo equipo con sus enseñanzas y la experiencia de unas subcampeonas olímpicas; o por el contrario, si se ven con fuerzas y en plenas condiciones físicas, como integrantes del equipo nacional para luchar por el sueño olímpico de Tokio 2020, los que serían sus terceros Juegos Olímpicos. Ni Alejandra ni Elena descartan todavía nada.