Hasta en los contextos más adversos, se pueden extraer conclusiones positivas. Hace pocos días, algunos de los FER Entrenadores coincidían en señalar que la parálisis deportiva provocada por la crisis sanitaria del covid-19 podía haber beneficiado a aquellos deportistas que se encontraran lesionados al principio del confinamiento. Argumentaban que, al tiempo que han avanzado en su recuperación, no se han perdido competiciones. En el Proyecto FER, hay dos ejemplos muy concretos: Alberto Varela (judo) y Francisco Javier Olivares (bádminton).
Por una vez, el destino no se ha ensañado con Alberto Varela (Alzira, 21 años). El joven deportista valenciano ha tenido que armarse de paciencia y resignación ante la concatenación de desventuras físicas sufridas en los últimos años. La última, la padecida a principios de enero. “Una mala caída en pleno entrenamiento me produjo una subluxación en el codo derecho. No me podía creer que las lesiones me volvieran a perjudicar. Además, otra vez, el codo, lo mismo que tuve en 2017. Tras dos semanas de escayola, me confirmaron que se había roto un trocito del hueso. Aunque ya tengo experiencia en este tipo de contratiempos, me puse de muy mal humor. Pero quién me iba a decir en ese momento que la crisis sanitaria del covid-19 tendría, en mi caso, su parte positiva”, explica el componente del Valencia Club de Judo.
Alberto Varela ha regresado al Proyecto FER gracias a la séptima plaza lograda en el Campeonato de Europa sub-23 del pasado año. Un balance que le supo a gloria, “porque también afronté aquel evento tocado por culpa de una rotura muscular sufrida pocos días antes”, señala el judoka valenciano. “Ahora, ya estoy plenamente recuperado de la lesión de codo. De hecho, la intención era reaparecer a finales de marzo. Obviamente, todos los planes han saltado por los aires. Lo peor es la incertidumbre. Primero, tendremos que saber cómo y cuándo podemos volver a entrenar en el CEAR. Y luego, esperar a conocer si se rediseña un calendario después del verano. Sinceramente, soy escéptico. El judo es un deporte de contacto, lo cual incrementa aún más mis dudas. Ya firmaría volver a competir en noviembre. Primero, en el Europeo sub-23 de Croacia; y luego, en el Campeonato de España absoluto. Ojalá. Sería la mejor noticia y significaría que esta pesadilla ha quedado atrás”, señala Varela, en quien una voz tan autorizada como Sugoi Uriarte deposita enormes esperanzas.
El segundo ejemplo de deportista FER que ha aprovechado el parón por el covid-19 para superar una inoportuna lesión es el protagonizado por Francisco Javier Olivares, jugador de bádminton, natural de Ibi y de 20 años. Así lo explica el propio deportista alicantino: “llevaba tocado del tendón rotuliano de la rodilla derecha desde mediados de febrero. De hecho, en esas fechas, no pude disputar el Máster de Collado Villalba. A pesar de no estar en plenitud de condiciones, viajé hasta Estonia para competir en un Torneo Internacional. Y días más tarde, jugué la última fase de la liga nacional de clubes, donde me hice una rotura muscular. Es decir, aunque, por supuesto, nunca hubiera deseado todo lo que está ocurriendo, dentro de lo malo de esta crisis, he podido superar todas estas dolencias. De hecho, ahora ya estoy al cien por cien y listo para, en cuanto se pueda, volver a los entrenamientos en el Centro de Tecnificación de Alicante. Esperemos que, aunque con restricciones, sea más pronto que tarde”, señala Olivares.
Con el actual contexto, Fran Olivares da por finalizada la temporada de bádminton. Ha lamentado, de una forma especial, no poder disputar, a principios de mayo, el Campeonato de España absoluto, certamen en el que aspiraba a lo máximo en el torneo de dobles junto a su compañero, y también componente del Proyecto FER, Carlos Sánchez-Alarcos. “Ahora, sólo podemos esperar. Primero, para retomar los entrenamientos con cierta normalidad; después, para saber el calendario de eventos. Estamos más preparados y motivados que nunca. Sólo falta que nos den el ok”, concluye.