Como ocurre cada vez que concluyen unos Juegos Olímpicos, son días de análisis. También, de prospecciones de futuro de cara a la próxima cita olímpica. En este caso, París 2024. Uno de los deportes más emblemáticos en unos Juegos es la natación, modalidad que, apagada la estrella de Mireia Belmonte, ofrece perspectivas poco halagüeñas. Sin embargo, la natación valenciana, poco dada a las alegrías, salvo contadas excepciones, en los últimos tiempos, sí vive un momento de mayor optimismo y expansión. Para empezar, por la reciente presencia de la castellonense Lidón Muñoz del Campo en Tokio. Además, por la existencia de un ramillete de jóvenes deportistas que empiezan a despertar grandes expectativas. Dos de ellas, por ejemplo, son las alicantinas Alba Herrero y Sara Micó.
La primera, Alba Herrero, se convirtió en una de las grandes triunfadoras del Campeonato de España de verano, certamen disputado durante la pasada semana en Las Palmas de Gran Canaria. Alba, de 19 años, se proclamó campeona de España absoluta en dos pruebas, los 200m y los 400m libres. En ambas distancias, superó a rivales que, pocos días antes, habían competido en los Juegos de Tokio. “Ha sido un gran paso adelante, sin duda. En cierto modo, la verdad, no esperaba estos resultados tan brillantes en Las Palmas. Y más, con el altísimo nivel que había en la competición. Mi idea era rebajar mis marcas y conseguir alguna medalla en la categoría absoluta joven. Pero bienvenidos sean estos éxitos, claro. Está siendo un año excelente para mí, tanto en aguas abiertas, como en la piscina”, comenta la nadadora de Elda.
A finales de 2020, la deportista FER logró su primer podio en un evento de categoría absoluta, una medalla de bronce en los 400m libres del Campeonato de España de piscina corta. Ya en 2021, Alba empezó el curso con el oro en el Nacional junior de larga distancia. Posteriormente, no ofreció su mejor versión en el Open de primavera, donde conquistó diversos bronces en la categoría absoluta joven. Llegó el verano y se adentró en la modalidad de las aguas abiertas. Brilló, de forma especial, en el Nacional junior 2, certamen en el que se proclamó campeona, mientras que, quizás, esperaba algo más en el Campeonato de Europa junior disputado en París a mediados de julio (plaza 13ª de 22 competidoras). Por último, hace pocos días, en Las Palmas, se erigió en una de las principales protagonistas del Nacional de verano con ese doble oro en los 200 y los 400m libres.
“Siempre he dicho que mi prueba fetiche son los 400m libres. Tras lo acontecido hace pocos días, me reafirmo en esta creencia”, apunta Alba. Sobre si va a centrarse en la piscina o en las aguas abiertas, la nadadora ilicitana elige “la piscina. No obstante, no descarto por completo las aguas abiertas. Mientras pueda, compaginaré las dos modalidades”, señala Herrero, quien, de momento, seguirá entrenando en Valencia, “donde estoy muy cómoda y puedo combinar el deporte y los estudios de Magisterio”, explica Alba. Sobre la posibilidad de convertirse en la gran esperanza de la natación de la Comunitat Valenciana de cara a los Juegos de París, la nadadora eldense se ilusiona, “pero, con cautela, paso a paso. Por supuesto, trabajo y me esfuerzo para, algún día, ser olímpica, pero no voy a presionarme en exceso. Quedan tres años, aún falta mucho. Vamos a intentarlo, pero el tiempo dirá”, comenta Alba.
Otra joven nadadora que despierta muchas ilusiones es Sara Micó, integrante, al igual que Alba Herrero, del Club Tenis Elche. Sara (Alicante, 15 años) es una especialista en largas distancias. En 2020, fue campeona de España infantil en aguas abiertas. Con anterioridad, en 2019, ya había obtenido una brillante undécima plaza en el Europeo infantil de aguas abiertas en la República checa. “Me van bien las distancias largas por la gran resistencia que tengo. Y de cara al futuro, no sabría decir si me acabaré centrando en la piscina o en aguas abiertas. Me gustan las dos modalidades”, comenta la joven nadadora alicantina. Hace pocos días, Sara Micó obtuvo dos oros, en los 400m y los 1.500m libres para junior de primer año. De esta forma, se resarcía de la mala suerte que tuvo en el Open de primavera, donde no pudo exhibir su calidad por culpa de una dolencia en las cervicales.
La nueva componente del Proyecto FER se inició en la natación a los 3 años, “con motivo de un cursillo para aprender a defenderme en el agua. La historia es espectacular. En mi primer día, mi monitora tuvo un descuido durante unos segundos. A mí se me escapó el flotador y casi me ahogo. Salí a flote hasta tres veces por mí misma. Pero me acabé hundiendo. Me sacaron in extremis y con la nariz sangrando. Aquello pudo ser una tragedia. Lo mejor de todo es que no cogí miedo, seguí yendo” relata Alba.
Poco después, a los 5 años, se inscribió a su primer club. “Aunque en aquel momento era muy pequeña, ya me gustaba muchísimo”, recuerda Sara. La deportista alicantina es una enamorada “de la adrenalina que experimento en las horas previas a una competición importante y de la satisfacción que propicia ver que todo el esfuerzo tiene recompensa. No obstante, me gustaría que la natación estuviera más valorada y fuera más seguida por la opinión pública”, comenta Micó, quien se define como “competitiva, optimista y constante. En todo caso, aún me queda mucho por mejorar; sobre todo, en aspectos técnicos, como los virajes y las salidas”, concluye Micó.