Una plata reparadora. Una medalla compensatoria. Un podio curativo y reconfortante. Un éxito que, al mismo tiempo, es una demostración y una reivindicación. Adriana Rodríguez Salvador (Castalla, Alicante, 20 años) experimentó el pasado domingo una inmensa alegría. Tras un 2024 en blanco a causa de una segunda operación en su rodilla izquierda, la deportista FER vuelve a sentirse judoca. Primero, por su regreso a los tatamis, por su reencuentro con el lugar que más le motiva y le llena. Después, y, sobre todo, por recuperar la plenitud, la chispa, la ilusión. Por demostrarse a sí misma que, si la salud le respeta, tiene talento y clase para aspirar a cotas muy altas.
Tras la primera intervención quirúrgica, en agosto de 2021, la judoca alicantina (categoría de menos 57 kg de peso) se rehízo y obtuvo brillantes resultados. Por ejemplo, en 2022, consiguió una notable quinta plaza en el Campeonato de Europa sub-23, en Sarajevo, y se proclamó subcampeona de España absoluta. O, por ejemplo, en 2023, conquistó el oro en el Nacional junior, fue quinta en el Mundial junior y, sobre todo, se colgó un espectacular bronce en el Campeonato de Europa junior, en Holanda. En ese mismo curso, debutó en dos grandes eventos internacionales de la categoría absoluta: estuvo en el Grand Prix de Perth y participó en el Europeo. Aunque en ambos torneos cayó eliminada tras los primeros combates, su mera presencia con apenas 19 años resultó muy significativa. Para su desgracia, el segundo paso por el quirófano le alejó de los tatamis en 2024. Eterno paréntesis.

En judo, un European Open no tiene la dificultad y la exigencia de un Grand Prix y, sobre todo, de un Grand Slam. No obstante, para llegar a esos torneos de mayor nivel, hay que acumular méritos en los estratos anteriores. Justo lo que hizo Adriana este pasado fin de semana. La plata alcanzada en el European Open de Polonia se convierte en un trampolín, en un punto de partida. “Espero que este podio me permita, en breve, participar en un Grand Slam o en un Grand Prix. Me siento absolutamente preparada para responder en estos eventos. Pero, sobre todo, la medalla lograda en Polonia significa poner punto final a la pesadilla vivida en 2024. No poder competir durante todo un año es duro. Ya puedo decir que esa triste página tras la segunda operación de rodilla está cerrada y superada”, comenta Adriana.
Preguntada por su rodilla izquierda, Adriana comenta que su articulación “está bien. Recuperada, firme y estable. Hemos dedicado mucho tiempo y trabajo, y creo que lo hemos conseguido. Y en lo psicológico, no tengo dudas. No voy a negar que hay algo de respeto, pero es mínimo y está claramente por debajo de la seguridad y la confianza. Al margen de la recuperación física, hay un trabajo mental muy intenso para evitar precisamente eso, los miedos, los temores y la psicosis”, comenta la judoca alicantina, quien añade: “Durante todo este tiempo, he aprendido a ser muy paciente, a conocerme mejor y, sobre todo, a no rendirme, a no venirme abajo. De lo malo, siempre se pueden extraer enseñanzas”, apunta la deportista FER. Una vez se ha reivindicado con esta plata en Polonia, Adriana Rodríguez espera, impaciente, sus próximas competiciones Su rodilla está recuperada. Sus energías e ilusiones, renovadas.