Cada deporte tiene sus tiempos. Sus plazos. Para la esgrima, los meses de octubre y noviembre significan el inicio de una nueva temporada, la reactivación de las competiciones. Sobre todo, de las internacionales. También, para Asier Olangua Fernández. El tirador FER (Valencia, 18 años), especializado en sable, se dispone a iniciar su segundo curso como junior. Durante el pasado ejercicio, acusó ligeramente el salto desde la categoría cadete. En los dos grandes certámenes internacionales, el Europeo y el Mundial, pudo comprobar de primera mano la feroz competencia existente. Sobre todo, en los cuadros individuales: plaza 53ª, de 72 participantes, en el evento continental; posición 52º, de 134 competidores, en el torneo universal. Es decir, con apenas un mes de distancia entre ambas citas, Asier experimentó una evidente mejoría.
Sin embargo, las principales alegrías disfrutadas por Asier Olangua durante el pasado año llegaron desde la modalidad por equipos. Junto con sus compañeros del conjunto español, alcanzó sendas cuartas plazas en el Campeonato de Europa y en el Campeonato del Mundo. En ambos casos, España fue superada por Italia en las semifinales. Posteriormente, se escapó el bronce en las dos competiciones. Derrota ante Bulgaria en el Europeo, y ante Egipto en el Mundial. La tarjeta de los principales resultados firmados en 2022 se completa con la medalla de bronce conquistada en el Nacional junior.
Ahora, el joven tirador FER ya está preparado para adentrase en su segunda temporada como junior. Para empezar, este próximo fin de semana, va a disputar una Copa del Mundo en Túnez. Después, a la espera de confirmar su presencia, vendrán otras Copas del Mundo en Polonia y Alemania (en diciembre), y en Bulgaria y Francia (en diciembre). Así hasta llegar al Campeonato de Europa (del 23 de febrero al 2 de marzo en Estonia) y el Campeonato del Mundo (del 2 al 12 de abril en Bulgaria). Asier nos cuenta cómo afronta el nuevo curso.
Sí. Noto que voy mejorando. Y, en el fondo, esta sensación de crecimiento y de progresión es lo más importante. La antepongo a un resultado concreto, más o menos brillante. Construir una base sólida es lo que, a la larga, me va a permitir lograr los objetivos.
Se puede soñar, claro. De hecho, éste es uno de los objetivos de esta nueva temporada. Dicho esto, el nivel es muy alto y la igualdad es extrema. Cualquier cosa puede ocurrir en el próximo Campeonato de España.
Es factible. El Mundial y el Europeo del pasado año me dejaron una sensación agridulce. Las actuaciones en los torneos individuales no resultaron satisfactorias. Acusé la inexperiencia. Por contra, en la modalidad de equipos, aunque yo y la mayoría de mis compañeros éramos junior de primer año, lo hicimos muy bien y rozamos el podio en los dos eventos. De cara a este año, afrontaré más concienciado y mentalizado estos dos grandes certámenes. Por ello, es factible un top-20 en individual y una medalla por equipos.
Uno de mis puntos fuertes es la estrategia, saber leer los asaltos, tener sangre fría, no precipitarme. Por contra, he de mejorar en detalles técnicos y, sobre todo, en el apartado físico.
En ascenso y progresión. Cada vez, hay más esgrimistas con grandes resultados internacionales. Los casos más evidentes son los de Carlos Llavador, en florete, y Araceli Navarro y Lucía Martín Portugués en sable. Y también hay muy buenos exponentes en la modalidad de espada. Todos ellos son los mejores referentes para los que somos más jóvenes.