El deporte es una permanente fuente de inspiración. Ofrece historias emocionantes. Lecciones de vida. Transmite lo mejor del ser humano: afán de superación, constancia, resistencia, capacidad para sobreponerse a las decepciones… Uno de los últimos ejemplos ha tenido como protagonista a un deportista de la Comunitat Valenciana. En concreto, a Sebastián Mora, reciente medallista en el Campeonato de Europa de ciclismo en pista.
El componente del Proyecto FER (Vila-real, 34 años) sufrió una fractura de la clavícula derecha el pasado 5 de junio, cuando participaba con la selección española en la Bahnen-Tournee en Singen (Alemania). Tres días más tarde, tuvo que pasar por el quirófano. A partir de aquel momento, aunque es fondista, tuvo que emprender una lucha contra el reloj para poder llegar al Europeo de Múnich. Lo consiguió.
Una vez en Alemania, Mora ha protagonizado toda una heroicidad. Sólo dos meses después de someterse a una compleja intervención quirúrgica, el deportista castellonense se colgaba la medalla de bronce en la prueba combinada del omnium, disciplina olímpica. Un bronce que pudo ser oro, porque los metales se resolvieron en el último sprint, en la última vuelta de la prueba de puntuación, la cuarta modalidad del omnium. De esta forma, el ciclista FER se consolida como un activo muy sólido. Como un valor muy fiable. Y reafirma su idilio con los Campeonatos de Europa, certámenes en los que, con anterioridad, ya había acumulado seis oros.
Tanto como uno de los mejores momentos de mi carrera como ciclista, no, pero sí han sido una medalla y un episodio muy especiales. Felizmente, nunca había tenido una lesión de esta importancia. Es decir, todo lo que he vivido y todo lo que he tenido que hacer en las semanas previas al Europeo era algo novedoso para mí. Y la verdad, ha sido muy duro. Han sido dos meses de un enorme sacrificio. Realmente, sólo he “preparado” el torneo en las últimas cuatro semanas. Estar en Múnich ya era un logro. Conseguir una medalla, lo máximo.
Siempre duele no ganar, claro. Además, cuando todas las medallas en los anteriores Europeos han sido de oro, y, cuando, en esta ocasión, todo estuvo tan ajustado y el podio se resolvió in extremis, a última hora. Pero bueno, un tercer puesto en el omnium de un certamen continental es un excelente resultado. Me lo dicen hace un mes, y lo hubiera firmado sin dudarlo.
Mucho. En primer lugar, porque no llegué en plenitud, no llegué en óptimas condiciones, no llegué al 100%. Y después, porque, a medida que iba acumulando esfuerzos, sufría más molestias. Por ejemplo, en la última prueba del omnium, en la puntuación, me faltaba estabilidad en el brazo y la espalda, me dolía la escápula, intenté levantarme encima de la bici para esprintar y no pude…
Por supuesto. Antes de cada gran evento, preparamos la madison a conciencia. En esta ocasión, entre mi percance y las obligaciones de Albert con el ciclismo en ruta, no lo hemos podido trabajar como nos gusta y es habitual en nosotros. En cuanto a compenetración, miradas o gestos, no lo notamos tanto, pero en lo técnico, sí, bastante. Con todo, si no llegamos a sufrir las dos averías que tuvimos en plena carrera, podíamos haber optado al podio.
Con respecto al Mundial, la expectativa es buena. Tenemos dos meses por delante y, sí, desde luego, llegaré mucho mejor. Además, en el Mundial, habrá mucho más nivel. Es decir, tendremos que prepararlo perfectamente. Y en cuanto a los Juegos, por supuesto, este es el gran objetivo, pero aún queda mucho. Pero lo que más me ha transmitido este bronce de Múnich es que no hay mejor receta que el trabajo, la constancia, el sacrificio y la lucha por un objetivo.
Progresión de Alejandro Martínez Chorro
El Campeonato de Europa de ciclismo en pista ha dejado también una nueva demostración de la evolución de Alejandro Martínez Chorro. El deportista alicantino (San Vicente del Raspeig, 24 años) volvió a evidenciar que es muy competitivo en la prueba de 1 km contrarreloj, disciplina que no es olímpica y en la que rozó el podio. Pero quizás, más importante que la cuarta plaza en 1 km, lo es la progresión exhibida en el keirin, modalidad que sí forma parte del programa olímpico. Martínez Chorro acabó 10º de un total de 20 competidores, pero estuvo muy cerca de pasar a la final A, la que disputan los 6 mejores de las semifinales. Se quedó fuera de esa final A por centésimas. “Estamos ahí. He dado un paso más. Me he demostrado que puedo hacerlo bien en el keirin. A ver qué tal se me da el Mundial, pero vuelvo reforzado de este Europeo. El objetivo es llegar bien a 2023, cuando empieza realmente el camino hacía París 2024. Desde ayer, soy más optimista y tengo más ilusión”.