Un epílogo soñado. Un colofón perfecto. Un broche, nunca mejor dicho, de oro. Guillem Ferrando (20 años, Benifairó de la Valldigna) puso ayer una rúbrica insuperable a un curso excelente El joven base del Valencia Basket vivió el día más feliz de su carrera deportiva al proclamarse campeón de Europa sub-20 con la selección española. Fue en Montenegro, escenario de un torneo impecable para el combinado nacional: siete partidos, siete victorias. La última, la definitiva, la imborrable, la que ya forma parte de la historia del baloncesto español, llegó ayer ante Lituania, en la gran final. Curiosamente, España abrió y cerró el certamen ante el mismo rival.
Guillem Ferrando tiene motivos para celebrar efusivamente el título continental. Desde el primer encuentro del torneo, el deportista del Proyecto FER ha tenido presencia, peso y protagonismo en la selección. Tanto por su media de minutos, en torno a los 20 por partido, como por su aportación, muy notable, en puntos y asistencias. También, en defensa, parcela en el que ha estado sobresaliente. En el buen sentido de la palabra, Ferrando “se lo ha creído”. Ha dado un paso adelante. Se ha reivindicado en el momento preciso y en el lugar adecuado. Un excelente remate a una gran temporada, en la que ha crecido como jugador, ha disfrutado de minutos de calidad en la primera plantilla del Valencia Basket, ha rozado el ascenso a la Liga LEB Oro con el filial taronja… y, sobre todo, ha tocado el cielo con la medalla de oro en el Campeonato de Europa sub-20.
“Estoy muy feliz. He disfrutado de los mejores días de mi vida deportiva. Además, he tenido protagonismo durante todo el evento. Y me he sentido muy cómodo en la pista, con seguridad, con confianza. No obstante, lo que más me reconforta es la medalla de oro. Este trofeo quedará para mi historia personal y para la historia del baloncesto español”, señala Guillem Ferrando, extremadamente satisfecho del curso que ahora finaliza. “Me considero ambicioso y exigente, pero creo que la temporada ha sido de 10. Difícil pedir más. No he parado de crecer, tanto en lo personal, como en lo deportivo. Este éxito con la selección es un colofón perfecto a una temporada prácticamente perfecta”, apunta el base del Valencia Basket.
Antes de la celebración de este Campeonato de Europa, Guillem Ferrando ya se mostraba optimista cuando se le preguntaba por las opciones de la selección española. El componente del Proyecto FER mantenía que el equipo nacional podía estar luchando de tú a tú con los mejores. Su previsión se ha cumplido con todas las de la ley. Ahora, el jugador valenciano afronta el futuro con más confianza y autoestima. Su paso por el torneo continental ha representado un punto de inflexión. “Posiblemente, podemos hablar de un Guillem antes de este Europeo y de un Guillem después de este Europeo. Pero esto no para. Ahora, se trata de consolidar esta progresión y de ser mejor jugador cada día”, comenta, para finalizar, Ferrando, cuyo futuro, de cara al próximo curso, se decidirá en breve. De momento, el deportista valenciano podrá lucir con orgullo su oro en Benifairó de la Valldigna, su localidad natal. Y disfrutar de sus vacaciones. Más que merecidas.