Un tsunami. O un maremoto. Pero nada destructivos. A estos niveles ha llegado la aportación de la vela al Proyecto FER 2022. El deporte náutico ha triplicado su presencia, hasta los 18 regatistas, en el Equipo FER de este curso. Durante las próximas semanas, iremos presentando a todos sus nuevos representantes. De momento, hoy nos centramos en tres jóvenes que, durante este pasado fin de semana, han disputado, y ganado, sus respectivos Campeonatos de España. Por una parte, los hermanos Codoñer, Mateo y Simón, se adjudicaban el Nacional clase 29er en Mallorca. Mientras, Adriana Beatriz Castro era la mejor fémina en el Nacional clase ILCA 4, torneo desarrollado en aguas de Ibiza.
Un año. En 2023. Éste es el horizonte temporal que se trazan los hermanos Codoñer Alemany para dar el salto a la clase olímpica 49er. De momento, Mateo (17 años) y Simón (15) prometen. Y mucho. Ambos firmaron un 2021 de ensueño en la modalidad 29er. Fueron campeones de España, se proclamaron campeones del mundo y conquistaron la medalla de plata en el Mundial ISAF en Omán. Una espectacular tarjeta de presentación que los anima y motiva. “A nosotros nos apasiona el mundo de la vela. Por el momento, nuestra idea es seguir creciendo y mejorando. Somos conscientes de que, cuanto más te introduces, más tiempo te va a absorber, pero estamos dispuestos a intentarlo para llegar a lo más alto. Además, vivir momentos tan intensos y emocionantes como los experimentados en 2021, cuando logramos el oro mundialista en Valencia, lo compensa todo y da sentido a nuestro sacrificio” comentan, casi de forma coincidente, los nuevos componentes del Proyecto FER.
No deja de ser curioso que la elección de la clase 29er se debiera, en gran medida, a una charla impartida por otro regatista FER, Enrique Seattle Urios, Quicorras. “Hace un par de años, cuando concluimos nuestra etapa en la modalidad de optimist, nuestro club, el Real Club Náutico de Valencia, organizaba unas charlas para que los más jóvenes tuviéramos información acerca de las distintas alternativas que podíamos escoger. A mí, la exposición que más me gustó fue la de Quicorras, que, en ese momento, estaba empezando en 29er”, recuerda Simón. Mateo, por su parte, sostiene que esta clase “lo reúne casi todo. Requiere fuerza, técnica, destreza. Permite alcanzar mucha velocidad… En definitiva, practicarla es sentir pura adrenalina”.
De momento, ambos han empezado 2022 con la misma inercia ganadora: triunfo en la Copa de España (en febrero, en Valencia) y oro en el Campeonato de España (este pasado fin de semana, en Mallorca). Ahora, los Codoñer están focalizados en adquirir una mayor y mejor condición física. “Tenemos que ganar claramente en musculación, en fuerza, en potencia, en peso. Tenemos que esperar que la naturaleza nos permita dar un estirón más en altura. Hasta que no alcancemos unos mínimos requisitos corporales, no podemos dar el salto a la categoría superior. Yo espero que sea posible ya en 2023”, comenta Mateo. ¿Y cómo se gestiona la tensión de la competición entre dos hermanos? “De momento, lo llevamos bastante bien, aunque, lo reconocemos, no es fácil y nos enfrentamos a momentos de cierta tensión. Como toda pareja deportiva, tenemos nuestras discusiones, pero siempre con respeto, con tono constructivo y con ánimo de mejorar”, señala Simón. “Espero estar navegando, compitiendo y logrando éxitos con mi hermano mucho tiempo. Ahora mismo, no se me pasa por la cabeza cambiar de compañero de regatas”, añade Mateo.
Por su parte, Adriana Beatriz Castro Núñez demuestra, por encima de todo, sinceridad y franqueza. “Reconozco que tengo un carácter y una personalidad muy fuertes. Es decir, aunque alguna vez me he planteado navegar en una clase doble, no sé si sería capaz de convivir del todo bien con mi compañera o compañero. Ésta es la principal razón por la que me incliné por la clase ILCA”. Son las palabras de Adriana, la joven regatista nacida en Murcia en el año 2006, pero residente entre Orihuela y Torrevieja desde muy pequeña. La nueva componente del Proyecto FER protagonizó un curso 2021 casi insuperable: campeona de España sub-16 en ILCA 4, campeona del mundo sub-16 en Irlanda y cuarta clasificada en el Campeonato de Europa en Alemania. De momento, ha arrancado la nueva temporada con el mismo viento de cola: segunda plaza en la Copa de España ILCA 6, oro en la Europa Cup ILCA 4 y oro en el Campeonato de España ILCA 4.
La deportista torrevejense señala que la vela tiene un elemento diferencial con respecto a otras modalidades: “Por supuesto, esto es deporte y, como tal, el físico es vital. Pero tan importante como el físico lo son la inteligencia, la intuición, la capacidad de improvisar, el ser estratega… Tienes que entender, interpretar o leer los múltiples factores que pueden influir en el transcurso de una regata: los vientos, las corrientes, las olas, las nubes… Por ello, no siempre gana el mejor, sino el más avispado, el más listo. Esto es lo que más me gusta de la vela. Lo que menos, sin duda, el frío que se pasa en invierno”, comenta, entre risas, la joven regatista alicantina, quien añade: “Creo que mis mayores virtudes son el dominio del barco, mi velocidad en el rumbo de ceñida y mi determinación. Por contra, mi gran déficit reside en lo físico. He de ganar fuerza y peso. Y también de he mejorar a la hora de gestionar y asumir un mal día, y de dominar los nervios en las grandes competiciones”.
Preguntada sobre qué tipo de condiciones prefiere, Adriana Castro no tiene una predilección especialmente definida. “Me gusta que, durante los 5 o 6 días de una competición, haya variedad de condiciones. Además, creo que es más justo para determinar al ganador o ganadora. Sí es cierto que, en los últimos años, en ILCA 4, he rendido muy bien con viento medio y fuerte. Cuando pase a ILCA 6, necesitaré, al principio, vientos flojos. De ahí, como comentaba antes, la necesidad de crecer en lo físico para dar el salto con mayores garantías”, comenta la nueva regatista FER, quien se evade dibujando y a la que le gusta practicar el esquí. Sus próximas grandes citas: el Europa (en junio, en Polonia) y el Mundial de ILCA 4 (en agosto, en Portugal).