Entre sus caras de incontenible ilusión previas al desplazamiento hasta Tokio y sus semblantes de cansancio tras el viaje de regreso desde la capital nipona, han transcurrido 17 días intensos, emocionantes, casi inolvidables, para dos componentes del Proyecto FER que han debutado en unos Juegos Paralímpicos. En lo personal, ambos han disfrutado de una gratísima experiencia. En lo puramente deportivo, ni el nadador Sergio Martos ni la atleta Nagore Folgado han conseguido grandes resultados en sus respectivas competiciones. Ellos mismos son los primeros en reconocer que, a medio y largo plazo, pueden ofrecer mucho más de sí. No obstante, el deporte adaptado de la Comunitat Valenciana deposita en Martos y Folgado muchas de sus esperanzas de cara al futuro más inmediato. Sobre todo, con vistas al ciclo olímpico que ahora se inaugura y que confluirá en París 2024.
Sergio Martos Minguet (Valencia, 22 años) disputó en el Centro Acuático de Tokio dos pruebas individuales. En las series de los 100m espalda S8, de 11 nadadores, obtuvo el noveno tiempo. En las de los 100m mariposa S8, de 16 competidores, logró el 14º crono. Es decir, en ninguna de las dos modalidades, consiguió ser uno de los 8 finalistas. También participó en dos pruebas de relevos. En una de ellas, los 4 x 100m libres, estuvo en la final. “Obviamente, no puedo estar plenamente satisfecho de mi paso por los Juegos. Mi objetivo era alcanzar alguna final. Pero, sin que sirva de excusa, el nivel de la natación adaptada internacional ha crecido de una forma espectacular. Sé que, si quiero estar en las finales del Mundial del próximo año en Portugal y, sobre todo, en las finales de los Juegos de París 2024, he de mejorar bastante. Es decir, toca trabajar mucho para estar a la altura”, reconoce el nadador valenciano.
No obstante, Martos califica la experiencia personal de “impagable. Desde el primer momento en la Villa, cada momento era un regalo. Ya había tenido la oportunidad de estar en Campeonatos de Europa y del Mundo, pero no hay nada comparable a la atmósfera que se respira en unos Juegos. Si, pese a las restricciones y limitaciones, el recuerdo es imborrable, no me quiero ni imaginar cómo será este evento con plena normalidad, con libertad de movimientos, con público en las gradas. Me he quedado con ganas de más. Desde ya, sueño con estar en París 2024. Esa va a ser mi vitamina diaria a partir de este momento”, explica Martos.
Por su parte, Nagore Folgado se siente un poco abrumada por pertenecer al deporte, el atletismo, que más medallas, cuatro de las seis, ha aportado a la delegación FER en Tokio. “Ver a Héctor, a Miriam, a Kim y a Iván con sus medallas me da mucha motivación de cara al futuro”, comenta la valenciana, quien añade: “Soy todavía muy joven. Aún no he cumplido la mayoría de edad. Realmente, mi objetivo pasaba por alcanzar las semifinales de los 100m lisos T12, y lo conseguí. In extremis, pero lo conseguí. Por tanto, muy contenta con mi diploma. Lo guardaré como un tesoro. Espero seguir progresando en los próximos meses y años. Y, por supuesto, espero repetir en París. Además, dentro de tres años, el vuelo será mucho más cómodo. El viaje de ida se me hizo eterno. Y con las turbulencias… mejor no recordarlo. El problema es que el Mundial de 2022 vuelve a ser en Japón”, comenta entre risas, Nagore.
Una de las principales conclusiones que ha extraído Nagore Folgado de su presencia en los recientemente finalizados Juegos Paralímpicos es que su prueba de referencia va a ser los 100m. Y no, los 200m. “Voy a seguir compaginado ambas distancias, pero he certificado que tengo más opciones de brillar en los 100m”, comenta Nagore, para quien “estos Juegos de Tokio permanecerán mucho tiempo en mi memoria. A principio, cuando fui seleccionada, estaba nerviosa y con cierto vértigo. Tantos días fuera de casa, las burbujas, el vuelo de tantas horas… Ahora, ya puedo decir que ha sido una experiencia de 10”, concluye Folgado. Para los próximos años, Sergio y Nagore están llamados a darnos muchas alegrías.