El deporte siempre ofrece la opción de tomarse revancha. De restañar heridas. A esta oportunidad se van a aferrar en las próximas jornadas dos deportistas femeninas del Proyecto FER. La primera es Vega Gimeno, todavía afligida tras quedarse a las puertas de los Juegos de Tokio. A finales de mayo, Vega, integrante de la selección española de baloncesto 3×3, acarició el billete olímpico, un preciado pasaporte que se escapó, de forma dramática, en el encuentro definitivo contra Japón. Por su parte, la piragüista Bárbara Pardo se dispone a afrontar uno de los momentos decisivos de su año deportivo. Y tras la decepción experimentada en 2019, y tras sufrir los problemas derivados de la pandemia, está ansiosa por reencontrarse con su mejor versión.
Por mucho que pasen las jornadas y las semanas, la valenciana Vega es incapaz de borrar por completo de su mente las imágenes del episodio vivido el pasado 30 de mayo en Graz, Austria. La selección nacional de baloncesto 3×3 tuvo en su mano el pase a los Juegos de Tokio. Tras un muy buen torneo preolímpico, el combinado nacional se jugó, a cara o cruz, el billete contra Japón. Vega y sus compañeras rozaron el triunfo. A falta de un minuto, la victoria estaba muy cerca, pero se esfumó de forma dolorosa. “Fue duro, muy duro. A falta de un minuto, me vi en Tokio. Pensaba que no se nos escapaba, pero no supimos amarrarlo. El tiempo lo cura y lo suaviza todo, pero costará superar esta decepción. Y ahora cuando lleguen los Juegos, será inevitable sentir una cierta nostalgia”, comenta la deportista valenciana.
No obstante, la mejor manera de pasar esta triste página es disponer, cuanto antes, de una nueva oportunidad. Y esta opción de revancha llega ya mismo. Es el torneo clasificatorio para el Campeonato de Europa. Un evento que se celebra durante este próximo fin de semana en Tel Aviv. La propia Vega nos explica cómo será: “En este Pre Europeo de Israel, vamos a competir 12 selecciones. Los 12 combinados estamos distribuidos en cuatro grupos de tres. Nosotras compartimos grupo con Austria y Grecia. Tras una liguilla, los dos primeros de cada grupo pasan a los cruces. Nosotras nos cruzaremos con los dos primeros del grupo de Serbia, Bélgica y Polonia. Con ganar ese cruce, estaremos en el Europeo, previsto en París, junto a la Torre Eiffel, del 10 al 12 de septiembre. En principio, deberíamos de clasificarnos, pero hay que jugar y ganárselo, por supuesto”, comenta la componente del Proyecto FER.
A sus 30 años, lo que sí tiene claro Vega Gimeno es su intención de cubrir este próximo ciclo olímpico. La deportista FER quiere darse una nueva opción de ser olímpica. “Siempre y cuando la seleccionadora lo considere oportuno y cuente conmigo, yo estoy dispuesta a intentar llegar a París. Este ciclo es más corto. No quedan cuatro años; sino menos de tres. Por todo ello, ya sueño con los próximos retos con la selección española y ya sueño con volver a tener una oportunidad como la que se nos escapó de las manos hace pocas semanas”, expresa Vega.
Mientras, Bárbara Pardo descuenta las horas para adentrarse en el primero de los dos grandes eventos internacionales que le esperan este verano. De momento, se presenta el Campeonato de Europa sub-23 en Polonia. Más adelante, a principios de septiembre, llegará el Campeonato del Mundo sub-23 en Dinamarca. “Ahora mismo, sólo tengo claro lo que voy a hacer en el Europeo sub-23. En concreto, voy a ser una de las cuatro componentes del K4-500m. Tenemos depositadas muchas esperanzas, a pesar de los pocos entrenamientos que hemos desarrollado conjuntamente, y a pesar de que dos de las cuatro integrantes del equipo son bastante jóvenes. Pero hemos de ser ambiciosas. Nuestro objetivo pasa por meternos en la final y ser una de las nueve mejores embarcaciones de la prueba. A partir de ahí, por qué no, luchar por medalla” señala la palista de Antella.
Bárbara Pardo está ávida de competiciones. Tras un 2020 en blanco y desértico, la deportista FER reapareció a lo grande el pasado 20 de marzo. Se adjudicó la medalla de oro en el Nacional sub-23 de piragüismo de invierno, torneo disputado en Sevilla, desarrollado sobre una distancia de 5.000m y que reunió a unas 70 palistas. “Ahora, he de trasladar esas buenas vibraciones a un gran evento internacional, con la selección española y a pruebas olímpicas. La última gran cita fue el Mundial sub-23 de 2019, en el que también defendí al piragüismo nacional en la prueba de K4-500m y en el que no acabé del todo contenta. Toca revancha. Este ha de ser nuestro año”, concluye Bárbara Pardo.