Casi sin esperarlo, y como si se tratara de un regalo sorpresa, a Lara Sabina Himmes se le ha presentado la oportunidad de su vida. La carambola se inició a mediados de febrero, momento en que Nueva Zelanda renunció a su plaza en los Juegos de Tokio en la clase ILCA 6 (la antigua laser radial). La negativa del país oceánico beneficiaba directamente a la vela española, que se había quedado a las puertas del billete olímpico en el Campeonato del Mundo de 2019. Es decir, encabezaba una especie de lista de espera en el caso de que alguna nación se diera de baja y decidiera no participar en esta modalidad. Conocido el nuevo escenario, la Federación Española artículo, de inmediato, unos criterios para elegir a la deportista que represente a la vela nacional en ILCA 6 en los Juegos Olímpicos de este próximo verano. Y la competición clave llega en pocas jornadas.
Del 19 al 24 de abril, en Vilamoura, Portugal, once regatistas nacionales van a jugarse el sueño de sus vidas deportivas. Lara Sabina Himmes, componente del Proyecto FER, es una de esas once aspirantes a viajar a los Juegos de Tokio. La Federación Española ha establecido una serie de requisitos para designar a la deportista ganadora. Estas condiciones están sujetas al número de países participantes (cuanto menos, han de ser 20) y a unos resultados muy concretos.
Por ejemplo, uno de los supuestos es el siguiente: si hay más de 30 naciones presentes en el evento, la embarcación española tendrá que estar entre los 20 primeros países dentro de la clasificación global. Si a la conclusión de la regata en aguas portuguesas todas las exigencias se han cumplido, la mejor regatista nacional será olímpica en Tokio. De lo contrario, se abriría una segunda vía. Las dos mejores españolas en Vilamoura pasarán a ser examinadas en estos dos eventos: la Copa de España celebrada en Baleares este pasado fin de semana y la propia regata preolímpica disputada en Portugal. Cabe recordar que en la Copa de España desarrollada en aguas de Mallorca hace pocas jornadas, Lara Sabina Himmes fue la octava entre las once aspirantes.
El tener la oportunidad de, primero, volver a competir y, sobre todo, de afrontar una regata preolímpica es una enorme alegría, un grandísimo privilegio”
Lara Himmes
Ante esta oportunidad, de todo punto imprevista hace pocas semanas, Lara Sabina Himmes (Alicante, 18 años) está experimentando una mezcla de sensaciones. “Alterno momentos de tranquilidad con otros, de nervios. En general, me encuentro serena. Me tomo esta opción como un regalo. Después de todo lo que ha ocurrido y lo que hemos sufrido en el último año, el tener la oportunidad de, primero, volver a competir y, sobre todo, de afrontar una regata preolímpica es una enorme alegría, un grandísimo privilegio”, señala la deportista FER.
Con respecto a sus opciones, Lara Himmes se muestra realista. “Soy consciente de que lo tengo realmente complicado. Ya ha quedado demostrado este pasado fin de semana en la Copa de España. De las once, soy la más joven. De hecho, de las once, sólo dos somos sub-21 de primer año. Es decir, soy de las más inexpertas. Hay regatistas con un bagaje muy superior al mío. Dicho esto, estamos ante un escenario imprevisible. Llevamos más de un año sin competir. Es decir, es posible que la lógica no se cumpla. Si hay un momento para que haya sorpresas, es éste”, explica la alicantina, quien añade: “Me voy a tomar esta regata como una gran oportunidad. Voy a intentar disfrutarla al máximo y voy a adquirir toda la experiencia que pueda”.
La regatista alicantina siempre ha comentado que, para ser más competitiva, ha de subir de peso, crecer en lo físico y confiar más en sí misma, liberarse de miedos y complejos. Además, sus opciones pasan porque los vientos sean flojos “o, como mucho, medios, nunca superiores a los 10 nudos. Si el viento es fuerte, precisamente por la falta de corpulencia física, sufro bastante más”, expresa Lara Sabina, protagonista, en pocos días, de un desafío mayúsculo en el que tiene nada que perder y todo que ganar. Ésta sea, quizás, su gran baza.