Desde hoy, iniciamos una nueva sección en esta página web. Un
contenido que aparecerá de forma periódica, y en el que un deportista
joven y prometedor entrevistará a un colega de su misma modalidad
que ya esté consagrado, tanto a nivel como internacional. La primera
entrega versa sobre el taekwondo. El veterano Raúl Martínez se somete
a las preguntas del novel Hugo Arillo.
Intentando tener la cabeza distraída y ocupada. Viendo películas o series, leyendo un libro… Me gusta también ver o leer entrevistas relacionadas con la ciencia, un mundo que me apasiona. O hay muchas ocasiones en las que nos juntamos todos los compañeros del equipo para charlar y desconectar.
Me gusta especialmente el tenis. Salvando las distancias, claro, creo que es uno de los deportes individuales que más se parece al taekwondo. Me refiero a lo táctico, a lo psicológico. En ambas modalidades, hay que estudiar al rival, buscar sus puntos débiles, saber cuándo hay que atacar, cuándo toca defender… Hay ciertos paralelismos.
No me gusta quedarme con una persona o un deportista en concreto. No soy de tener ídolos, pero sí soy de fijarme mucho en los grandes deportistas y personas. No acabaría nunca si los enumerara a todos. Me gusta fijarme en los pequeños puntos fuertes de cada uno y extraerlos para hacerlos míos o intentar emularlos.
Una de mis virtudes es que soy bastante calculador y no suelo perder el control o la compostura en los combates. Si llegas a ese extremo, será perjudicial. Creo que suelo gestionar bien los cara a cara y competir con frialdad. Si el contrincante hace alguna acción fea (es muy poco habitual), no me pico, no me pongo a su altura. De hecho, amigos míos que, en su día, fueron rivales me corroboran que he sido y soy un taekwondista analítico.
He tenido combates de todos los colores: buenos, malos o regulares, como el día a día de cualquier persona. Sí recuerdo uno en el que lo hice especialmente mal. Fue en el Open de Las Vegas de 2019. Fue contra un rival alemán. Cometí un error varias veces y él lo supo aprovechar. Por contra, tres meses más tarde, en el Campeonato del Mundo, en la ronda de octavos de final, volví a cruzarme con el mismo adversario y conseguí superarle. En gran medida, por la enseñanza de la derrota anterior. Y también recuerdo muy especialmente no un combate, sino toda la actuación global en el Grand Prix de Manchester de 2018, evento del máximo nivel y en el que alcancé la medalla de oro.
He sido, y soy, un taekwondista frío y calculador
Raúl Martínez
Pensando que yo ya he hecho lo que estaba en mi mano, conseguir la clasificación. Lo demás ya no depende de mí, me estoy limitando a trabajar. Quiero ser optimista; si no, no podría dar mi 100%. Sólo deseo y espero que se celebren en 2021, y que la pandemia se acabe de una vez por todas. El optimismo y el centrarme en el trabajo es mi mejor gasolina.