Acostumbrados a la tiranía de la inmediatez, a la presión de la inminencia, al mandato de una planificación milimétrica, muchos de los grandes deportistas españoles continúan inmersos, desde el pasado mes de marzo, en un territorio desconocido. Inédito. El terreno de la inconcreción, de la incertidumbre, de la confusión. Dos buenos ejemplos son Néstor Abad e Iván Pastor, dos de los componentes más ilustres del Proyecto FER. Ambos siguen entrenando con la máxima exigencia, pero no son ajenos a las incógnitas que presiden el futuro.
Tanto el gimnasta de Alcoi como el regatista de Santa Pola tienen en el horizonte sendos Campeonatos de Europa. No obstante, en los dos casos, esos retos aparecen a final de año. Y ni Abad ni Pastor tiene plena seguridad de que tales competiciones vayan a celebrarse en las fechas y lugares previstos. Néstor e Iván, como muchos de sus homólogos, afrontan el día a día con una mirada un tanto difusa y a medio plazo. Éstas son sus reflexiones:
Néstor Abad: “Entreno cada jornada pensando en el Europeo de Bakú”
Tengo altibajos. Hay momentos en los que soy optimista y en los que pienso que toda esta situación acabará más pronto que tarde, pero hay otros instantes en los que no puedo evitar un cierto pesimismo al no atisbar el final. En todo caso, ahora estamos mejor que hace unos meses. Sólo podemos seguir entrenando al máximo nivel. Así lo estoy haciendo yo, aunque, repito, hay días en los que la mente te recuerda que no estamos ante el contexto más deseado.
Lo es, sin duda. Cuando a principios de junio supimos las nuevas fechas del evento, nos llevamos una alegría. Tal y como están las cosas, no tenemos la constancia absoluta de que vaya a celebrarse, peor nosotros contamos con que se disputará. Es el mejor estímulo para mantener la cabeza conectada. También nos han informado de la posibilidad de que antes, en noviembre, se desarrolle el Campeonato de España.
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Iván Pastor: “Mi balanza anímica está como el viento en las regatas, cambiante”
Hay días en que tengo la sensación de que está cerca, y hay otros días en que me parece una eternidad. Esta situación en la que nos encontramos cambia día a día, como el viento en una competición. Así se encuentra mi balanza anímica, fluctuante. Eso sí, predomina la ilusión y la motivación al desánimo o la preocupación.
Con tranquilidad. No depende de mí. Por tanto, sólo debo y puedo esperar acontecimientos. Además, entiendo que la Federación Española todavía no se haya pronunciado al respecto. Cómo se va a anunciar algo tan importante si aún no tenemos un calendario plenamente cerrado y definido.
No es lo habitual, pero tampoco es algo insólito. En los últimos años, hemos desarrollado en Santa Pola entrenamientos de altísimo nivel con la presencia de grandes regatistas extranjeros. Las condiciones de aquí son buenísimas. No obstante, reconozco que echo de menos estar codo con codo con mi entrenador. Entrenar sólo durante un tiempo está bien; pero, si quieres sesiones de mayor calidad e intensidad, necesitas a tu preparador. Eso sí, la próxima semana ya me voy a Palma de Mallorca para una concentración de dos semanas con el equipo preolímpico de la Federación española.
Llevo con tranquilidad no saber todavía los criterios de clasificación para Tokio. Es algo que no depende de mí
Iván Pastor