Meritxell Blesa ya no está sola. La pionera del sóftbol en el Proyecto FER ya tiene dos acompañantes. Candela García Cabedo e Irene Llorens se han convertido en dos de las nuevas caras del FER 2020. Las tres deportistas contribuyeron a la histórica quinta plaza obtenida por la selección española en el Campeonato de Europa absoluto de 2019, evento celebrado en la República Checa. Hoy, conocemos mejor a estas dos incorporaciones.
Candela, nacida en Valencia hace 18 años, es la más joven de las dos. Empezó a practicar el softbol cuando tenía 10 años en su club de toda la vida, el Antorcha. Precursora de este deporte en su familia, antes probó con el tenis y con el fútbol. “Lo que más me gusta de esta modalidad deportiva es que no puedes dar un partido por ganado o perdido hasta que termina. En un inning (segmento de tiempo en el que ambos equipos tienen una oportunidad de atacar y otra de defender) se le puede dar la vuelta al marcador. Por ello, es muy importante estar concentrada todo el tiempo” comenta Candela. Por su parte, Irene empezó un poco más tarde, con 12 años. Practicante de tenis, decidió darle una oportunidad al sóftbol incitada por sus sus amigas. Desde entonces, está “totalmente enganchada. Es un deporte de equipo fantástico, pero también tiene un componente individual que fomenta mucho la confianza y la motivación”, señala Irene, que este año ha sido la segunda base del Florida Tech, un equipo estadounidense de División II.
Las dos nuevas integrantes del proyecto FER son, en realidad, unas enamoradas del deporte en general. Candela practica skate, esquía, hace snowboarding y, en breve, se traza el objetivo de probar con el rugby. Irene, por su parte, prefiere el patinaje, el senderismo y el tenis. Pero siempre se quedarían con el sóftbol porque “es un deporte muy completo y divertido. Entrenas y aprendes junto a tus compañeras de equipo, viajas por todo el país, y se trata de un deporte dinámico, en el que nunca paras: bateas, corres, defiendes…”, comenta Irene. Mientras, Candela añade lo siguiente: “es que te engancha; sobre todo, cuando empiezas a entender la complejidad que hay detrás de cada jugada. Sólo quieres seguir aprendiendo y entrenando para mejorar”, señala.
Candela juega en la demarcación de “outfield”, exterior en español. “Pero realmente destaco a la hora de atacar. Una de mis principales cualidades es la velocidad. Mientras, uno de los aspectos en los que he de mejorar es en la potencia de mi tiro”, señala. Por su parte, Irene juega de segunda base. “Es una posición que requiere habilidad y destreza a la hora de capturar la bola, y lanzar y moverte rápidamente. Esta demarcación tiene realmente sentido cuando a mi equipo le toca defender. Además, me defino como una jugadora bastante completa. A nivel mental, soy optimista, competitiva y calculadora. Suelo mantener la cabeza fría y dominar los nervios. En lo físico, destaco por la velocidad. Y en lo táctico, tengo buen bateo con las dos manos y una buena visión del juego”, comenta.
Este año, ambas aspiraban a conseguir mejorar la quinta plaza del Europeo absoluto del año pasado, objetivo que ha quedado abortado por culpa de la pandemia del covid-19. Sus ganas de superarse se ven reflejadas en la impronta de sus ídolos. A.J. Andrews, por ejemplo, es para Candela “uno de mis referentes deportivos. Juega en la Liga Profesional estadounidense y fue la primera mujer en ganar el premio Guante de Oro Rawlings”, explica, entusiasmada, la valenciana. Mientras, Irene se decanta por deportistas nacionales de otras disciplinas como “Kilian Jornet y Carolina Marín, porque creo que representan valores como el esfuerzo, la resistencia y la constancia, principios muy importantes para mí” concluye García Cabedo.