El regreso a los entrenamientos continúa su curso. La recuperación de una cierta normalidad sigue en plena progresión. Hoy, el protagonismo vuelve a centrarse en el atletismo. Ayer, conocíamos las historias y los testimonios de Jorge Ureña, Eusebio Cáceres y Pablo Torrijos. Mientras, otros centros neurálgicos del atletismo de la Comunitat Valenciana también latieron de nuevo hace pocos días.
Por orden cronológico, fue el estadio de Valencia el primero en abrir las puertas. La vida volvió a las pistas del cauce del rio Turia el jueves 21 de mayo, jornada que ya quedará en el recuerdo de Fátima Diame, Luis Salort y Enrique Herreros. “Felicidad y motivación”. Son las palabras que utiliza Fátima para definir sus sensaciones al reencontrase con el tartán. “Llevaba esperando ese momento desde hacía muchas semanas. El estadio del río es mi casa. Volver a ejercitarme de nuevo en él me dio la vida”, comenta la saltadora de longitud. En términos similares se expresa Enrique Herreros, el joven mediofondista valenciano. “Ya llevaba corriendo al aire libre algunas semanas, pero nada es comparable con hacerlo en mi hábitat natural, la pista de atletismo”. Por su parte, Luis Salort habla de “momento reconfortante. En los minutos previos a volver a pisar el tartán me sentía como un niño al que le van a dar una sorpresa” expresa el vallista de Gandía.
Pese a que la lógica pueda indicar lo contrario, los atletas valencianos afirman que sus condiciones físicas no son especialmente precarias. “Obviamente, si tuviera que competir en una semana, no estaría al máximo nivel; pero, durante el periodo de confinamiento, no he parado, me he exprimido bastante y creo que incluso he ganado en aspectos como la fuerza o la resistencia”, afirma Herreros. Otra de las incógnitas para todos los deportistas es saber cuánto tiempo transcurrirá hasta recuperar la forma anterior al parón. “Sinceramente, no creo que tarde mucho. En un mes, ya habré alcanzado un buen nivel. Soy optimista”, expresa Diame.
Con respecto al incierto futuro, Luis Salort reconoce que es, sin duda, “lo peor. No sabemos si habrá alguna competición, no tenemos un horizonte claro; es decir, hemos de buscar otros estímulos para no caer en la desmotivación”, señala el gandiense. Más categórica se muestra Fátima. “Yo tengo casi asumido que en 2020 no habrá eventos. Si hay algo, perfecto. Si no, no pasa nada. Ni me desanima ni me desespera. A largo plazo, está el gran sueño de mi vida, la presencia en los Juegos de Tokio. No cabe mayor aliciente”, afirma Fátima.
Un día más tarde, el viernes 22 de mayo, el atractivo estadio Gaetá Huguet de Castelló volvió a recibir a algunos de sus habituales huéspedes: Carmen Ramos, Claudia Conte y Jorge Dávila, los tres combineros que prepara y dirige Manoli Alonso. Tanto Carmen como Claudia se muestran especialmente expresivas a la hora de describir ese momento. “Felicidad en estado puro. Al principio, me sentía extraña. No me lo acababa de creer. Cada minuto de esa primera sesión los disfruté al máximo”, recuerda, emocionada, Carmen Ramos. Por su parte, a Claudia las dos horas “se le pasaron volando. La diferencia entre entrenar en el Gaetà y entrenar en tu casa es abismal. Y, aunque haya una distancia de seguridad, reencontrarme con mi equipo de trabajo después de dos meses y medio me hizo una gran ilusión”.
Sea por la emoción del momento, sea porque el trabajo durante el confinamiento ha sido intenso, ambas atletas tuvieron unas sensaciones mejores de las previstas. Éste es el diagnóstico de Claudia Conte. “No me noté tan mal como podía esperar. He conservado la fuerza. No creo que tarde mucho en recuperar la técnica. Quizás, me cueste un poquito más la resistencia”. Todavía es más optimista la reflexión de Carmen. “Aunque parezca increíble, me encontré muy bien. Además, las revisiones con mi fisioterapia y mi dietista indican que estoy mejor que en 2019 y principios de 2020”.
Las combineras castellonenses, dos de las mejores heptatletas españolas del momento, reconocen que se enfrentan a un escenario desconocido: entrenarse y mantener la motivación sin competiciones a la vista. “No será fácil, somos competitivos y, aunque nos gusta entrenar, lo que realmente nos da vida son los desafíos, los torneos. Espero que todavía tengamos algo antes de que acabe la temporada”, señala Conte. Al respecto, así se expresa Ramos: “No pierdo la esperanza de que todavía tengamos alguna competición, aunque sea simbólica y a final del verano. En todo caso, no estoy ni agobiada ni ansiosa. Entiendo que la situación es complicada de gestionar. No todos los atletas van a estar en la misma situación. Además, hay riesgo de lesiones”, comenta Ramos.
El último atleta ilustre del Proyecto FER en retornar a una pista de atletismo (en concreto, a la de Gandía) ha sido Quique Llopis. El vallista de Bellreguard volvió a pisar el tartán este pasado lunes 25 de mayo. “Muy motivado. Ansiaba volver a la normalidad. Han sido más de dos meses, pero me han parecido más de dos años”, comenta Llopis, quien añade: “Me encuentro gratamente sorprendido. He perdido mucho menos forma y nivel del que pensaba. Creo que voy a recuperarme muy pronto, antes de lo que podía intuir hace algunas semanas”. Por último, Llopis también es de los que apuestan por la no celebración de competiciones durante este verano, “pero da igual. Si no las hay, seguiremos entrenando a tope para preparar un año 2021 que, si la pandemia y las circunstancias lo permiten, se presenta apasionante, tanto bajo techo como al aire libre”, finaliza Quique.