La incógnita acerca de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio se mantiene. Y, por lo que parece, todavía tardará unas semanas en despejarse. En el hipotético caso de que se disputasen este próximo verano, escenario cada vez más improbable, hay dos nombres en los que el deporte valenciano deposita muchas ilusiones. Las máximas ilusiones, más bien. Ambos son adaptados. Uno es el legendario Ricardo Ten. El segundo, el paratriatleta Héctor Catalá. Y ambos protagonizan hoy el repaso a los efectos de la crisis del coronavirus en algunos de los componentes más ilustres del Proyecto FER.
Para Ricardo Ten los estragos del, por desgracia, célebre covid-19 se han añadido a un percance padecido hace unas semanas. El longevo e incomparable deportista valenciano ya había reducido ligeramente su actividad y sus entrenamientos tras la dura caída sufrida a finales del pasado mes de febrero en las cumbres de Sierra Nevada, donde estaba concentrado. El accidente le ocasionó una lesión en el hombro derecho, de la que espera estar plenamente recuperado a finales de abril. No obstante, se impone el confinamiento y la cuarentena. “Afortunadamente, los ciclistas podemos sobrellevarlo relativamente mejor que otros deportistas. Aunque no podamos salir a entrenar al exterior, tenemos la opción del rodillo y de la bici estática. Entre ello, y una tabla de ejercicios físicos, vamos pasando las jornadas”, comenta Ricardo.
El laureado deportista valenciano reconoce que los ánimos están un tanto decaídos y revueltos. Sobre todo, por la incertidumbre. “Es una lástima que un año tan bonito haya tomado estos derroteros tan tristes. Nunca lo había vivido y nunca lo hubiera imaginado. Y, sobre todo, por supuesto, lamento la razón de este escenario”, señala el ciclista FER. Aunque Ricardo no tenga una bola de cristal ni pueda predecir el futuro, sí atesora la suficiente experiencia y los suficientes galones como para prever lo que puede ocurrir con respecto a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio. “Hay que ser prudentes y esperar acontecimientos; pero, ahora mismo, no visualizo que se celebren cuando estaban previstos. Eso sí, si se cumple esta intuición, espero y deseo que no se cancelen, sino que se reubiquen en el calendario, ya sea a finales del presente año, ya sea 2021 o 2022”, aclara Ten.
Por su parte, el paratriatleta Héctor Catalá ha sido uno de los deportistas FER más afectados por la crisis del coronavirus. Por una parte, a finales de febrero, antes de que la situación se agravara, Héctor, al igual que Ricardo, también encontraba en Sierra Nevada. “En ese momento, ya empezaban a surgir las primeras noticias. Entre que eran informaciones centradas en el caso de China, y entre que estar concentrado en Sierra Nevada te sumerge en una especie de burbuja, no le di demasiada importancia. Realmente, me arrolla todo este tsunami nada más llegar a Abu Dabi, donde se canceló la Serie Mundial que iba a disputarse el jueves 5 de marzo. En un primer momento, pensé que era una decisión exagerada; pero, con el paso de los días, una vez llegué a España y comprobando el transcurso de los hechos, la entendí”, rememora el deportista de Serra.
Obviamente, como paratriatleta, la preparación de Héctor Catalá se ve seriamente condicionada. “Ni puedo hacer natación, porque están todas las piscinas cerradas, ni puedo ir a gimnasios, ni puedo hacer los habituales entrenamientos grupales en el exterior. Por tanto, toca reinventarse. Además, parece que esta situación de confinamiento va a prolongarse más allá de los 15 días inicialmente anunciados. Es una emergencia que nos ha superado a todos”, señala Héctor. Sobre la gran incógnita para las próximas semanas, el futuro de los Juegos de Tokio, el deportista FER considera que los Comités Internacionales “van a apurar todo lo que puedan y más hasta tomar una decisión definitiva. En gran medida, creo que dependerá de cómo esté el panorama a finales de abril. Si en ese momento, ojalá sea así, la situación ha mejorado, teniendo en cuenta que los Juegos no son hasta julio, posiblemente se acaben celebrando. Pero es una simple intuición”, concluye Héctor Catalá.