Sereno, flemático y calmado como pocos, nadie diría que José Quiles Brotons (Elda,19/10/1997) se encuentra a apenas una semana de afrontar el momento más importante de su vida deportiva. A partir del próximo fin de semana, el púgil alicantino disputará un nuevo Campeonato de Europa absoluto. A la trascendencia propia de un evento continental, hay que añadirle la condición de certamen clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En Londres, sede del torneo, el deportista FER aspira a dar su mejor golpe. Su crochet más certero. Primero, para reencontrarse con su mejor versión y, de paso, para romper con una racha de dos años de resultados más bien discretos. Y, sobre todo, para, a sus 22 años, alcanzar la cima con la que sueña todo deportista: convertirse en participante olímpico. A un mes vista de este momento tan especial, hablamos con el púgil eldense.
Es muy sencillo. Alcanzar los cuartos de final. Así de simple. Lo normal es que inicie la competición en los dieciseisavos de final. Es decir, debería ganar dos combates. Si lo consigo y me planto en los cuartos de final, podré decir, con plena seguridad, que soy deportista olímpico.
Una combinación de factores. En primer lugar, a mediados de 2018, sufrí una lesión bastante dura. Me condicionó por completo. Después, en 2019, la pérdida de un ser querido me afectó mucho. Éstas son las razones.
Mucho mejor. A nivel mental, estoy bien. En cuanto a lo físico, me encuentro en buenas condiciones. Ya no quedan apenas secuelas de la lesión de 2018. Estoy muy motivado, con más ganas que nunca de llegar a Londres y empezar a competir.
Hace un mes, lo veía bastante complicado porque todavía arrastraba algún problema físico. Pero ahora que la recuperación ha ido mejor y más rápido de los esperado, me veo con bastantes opciones de conquistarlo.