Vuelven los saques, las recepciones, las colocaciones, los remates, los bloqueos… Vuelve el vóley playa. Es decir, dos de los componentes más ilustres del Proyecto FER, Pablo Herrera y Liliana Fernández, regresan a la arena. Y no es un reencuentro cualquiera. El castellonense y la alicantina se adentran en una temporada muy especial, en un curso que desembocará en los Juegos de Tokio. Liliana afina su preparación con la tranquilidad de tener asegurada su participación olímpica. La amarró en septiembre, en el Torneo Preolímpico de China. Pablo, por su parte, todavía debe sellar el ansiado pasaporte. No obstante, tiene su clasificación muy encaminada. Solo un cataclismo (improbable, de todo punto) podía impedir que Herrera y su compañero, el gaditano Adrián Gavira, se convirtieran en una de las 16 parejas que, a mitad de junio, accedan a Tokio 2020 vía ranking mundial.
De los dos deportistas FER, el primero en destapar la nueva temporada será Pablo Herrera. Del 9 al 13 de marzo, el jugador castellonense, de 38 años, tomará parte en el World Tour 4 Estrellas de Doha, certamen que le trae muy buenos recuerdos. En la edición de 2019, conquistó la medalla de bronce, uno de los dos podios alcanzados durante la pasada campaña. Mientras, Liliana y su inseparable Elsa Baquerizo reaparecerán a finales de marzo en otro World Tour 4 Estrellas, el que se disputará en Cancún, donde también estará Herrera. Desde ese momento, se activará el habitual y frenético carrusel de torneos del circuito internacional. Aunque durante abril se han suspendido eventos previstos en China a causa del coronavirus, a partir de mayo, se celebrarán las citas de Itapema, Ostrava, Varsovia, Moscú, Roma y Suiza. Ya después, a finales de julio, llegará la gran cita del año: los Juegos de Tokio. En principio, tanto Pablo como Liliana disputarán todos estos torneos. Inicialmente, la alicantina tenía pensado ser más selectiva; “pero, con la cancelación de tres World Tour asiáticos en abril, vamos a tener que jugarlo prácticamente todo”, matiza.
Por si la consecución del billete olímpico no es suficiente aliciente, Pablo Herrera goza de un estímulo adicional. Tras competir en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, el longevo deportista castellonense acaricia sus quintos Juegos. Si lo consigue, Pablo se convertiría en el segundo jugador de vóley playa de la historia en alcanzar tal hito e igualaría al mítico brasileño Emanuel Rego. Es decir, el componente del Proyecto FER va camino de ser toda una leyenda de esta modalidad. Herrera está muy “contento por la pretemporada realizada. Hemos entrenado con equipos muy fuertes que nos ayudado a nuestra puesta a punto”.
Por su parte, Liliana afrontará en julio su tercera cita olímpica. Y, como ella misma se encarga de repetir una y mil veces, en Japón, como mínimo, ha de alcanzar los cuartos de final. “En Londres 2012 y en Río 2016, hicimos fantásticas fases de grupos, pero caímos eliminada en el primer cruce directo, la ronda de octavos de final. De cara a Tokio, el objetivo no puede ser otro que, por fin, superar esa frontera maldita y llegar, cuanto menos, a los cuartos de final”, comenta la alicantina. En lo que ambos coinciden es en “lamentar la incertidumbre que está generando todo lo relacionado y derivado del coronavirus. Ya se han suspendido torneos asiáticos en abril. Sólo nos queda esperar y cruzar los dedos para que esta alerta remita. Sería un palo muy grande la cancelación de los Juegos”, concluyen los dos deportistas FER.