Herederos de históricos deportistas (en algunos casos, auténticas leyendas) como Isabel Fernández, Miriam Blasco, Almudena Muñoz, Ana Carrascosa, Laura Gómez o Sugoi Uriarte, dos jóvenes alicantinos, Ana Pérez Box y Salvador Cases, alumbran el presente y el futuro del judo valenciano. Con apenas 24 y 21 años, respectivamente, Ana y Salva lo atesoran todo para marcar una época: calidad, talento, ilusión y ambición. Por ello, pese a su juventud, ambos pueden presumir ya de currículums más que interesantes. No obstante, para los dos, lo mejor está por llegar. Especialmente, para Ana, quien, en pocos días, retoma la competición con el objetivo de cerrar, cuanto antes, su participación en los Juegos Olímpicos de 2020. La alicantina tiene muy encaminada su clasificación para Tokio. Falta redondear el espectacular trabajo y el asombroso crecimiento de los dos últimos años.
Situada en la séptima plaza del ranking olímpico en su categoría de peso (menos 52 kg), sólo un imprevisto puede impedir que Ana disfrute en Tokio de su primera experiencia olímpica. La judoca alicantina ya está preparada para reaparecer. La deportista FER inaugurará este año tan especial el próximo fin de semana (7-8 de febrero) en el prestigioso y selecto Grand Slam de París. Antes de que acabe febrero, todavía disputará otro evento de campanillas: el Grand Slam de Düsseldorf. “Sé que tengo el pasaporte olímpico en la mano, pero no quiero confiarme. Voy a afrontar cada competición como si fuera decisiva para conseguir mi clasificación para Tokio. Es la mejor manera de llegar a los Juegos en las mejores condiciones posibles. Y por supuesto, sólo deseo que la salud me respete y que ningún contratiempo físico se interponga en mi camino en este año tan especial”, explica Ana Pérez Box.
Aunque la deportista FER seguirá afrontando eventos durante los meses de marzo y abril, tiene subrayado, sobre todo, el mes de mayo. Es en ese momento cuando se cierra el proceso clasificatorio para los Juegos de Tokio 2020. Es en ese momento, tras el Campeonato de Europa de Praga y tras el Master, cuando podrá celebrar su conquista.
Precisamente, la presencia en el Campeonato de Europa absoluto de Praga es uno de los principales objetivos de Salvador Cases durante el año 2020. El deportista alicantino, de 21 años, crece a pasos agigantados. Hay un detalle muy sintomático. A finales de 2018, pasó por el quirófano para operarse de la rodilla derecha. Cases no reapareció hasta mediados del pasado curso. Y cuando volvió a los tatamis, lo hizo en una nueva categoría de peso (de menos 66 kg paso a menos 73 kg). A pesar de este cambio, sensible y muy importante, se mostró competitivo desde el primer momento. Por ejemplo, a finales de julio de 2019, llegó a los cuartos de final del Grand Prix de Zagreb; por ejemplo, en septiembre, logró el bronce en la Copa del Mundo de Luxemburgo; por ejemplo, a finales de noviembre, se proclamó campeón de España absoluto. O, por ejemplo, el pasado fin de semana, en su primer evento de 2020, rozó el podio en el Grand Prix de Tel Aviv. Los hechos hablan por sí mismos.
“Lo más importante es que, cada vez, soy más competitivo. En los últimos eventos he conseguido victorias contra grandísimos rivales y he tuteado a auténticos cracks internacionales. Ello me da una gran confianza y motivación de cara al futuro. Para este año 2020, dos de mis grandes objetivos son lograr medalla en el Campeonato de Europa sub-23 (del 13 al 15 de noviembre en Polonia) y, sobre todo, disputar el Europeo absoluto de principios de mayo en Praga. Y, por supuesto, aunque las opciones son mínimas, no voy a dejar de intentar lograr el billete olímpico para Tokio. Si consigo todavía dos podios en Grand Prix o Grand Slam, todavía podía soñar con ser olímpico”, expresa Cases, todo un volcán sobre el tatami. Indomable. Febril. Con Salva y Ana, el judo de la Comunitat Valenciana tiene el futuro asegurado.