Daniel Ros sufrió un comienzo de año durísimo. El taekwondista alicantino tuvo que batirse cara a cara con el peor rival al que se puede enfrentar un deportista: las lesiones. Desde el pasado mes de diciembre, un dedo de su mano derecha le ha tenido apartado del ajetreo y las rutinas que marca la competición. Tras asimilar el golpe, su único objetivo ha sido el de volver a los torneos debido a la importancia de este 2019, año preolímpico. El camino no ha sido nada sencillo, para que todo volviera a su lugar ha tenido que pasar por el quirófano dos veces, la primera a principios de enero y la segunda a finales del mes de febrero.
Debido a las operaciones y al delicado proceso de recuperación en este tipo de dolencias, Ros todavía no ha podido estrenarse en competición oficial este año. Su primera aparición será en el Grand Prix de Japón, que se celebrará el 14 y 15 de septiembre. La cita en el país nipón servirá para que el alicantino se pruebe y recupere las sensaciones tras tantos meses alejado del tatami.
La desgracia de la lesión en un año clave como este, donde los Juegos ocupan toda la atención deportiva, hace muy complicado que el taekwondista FER alcance las posiciones de privilegio para disputar el certamen olímpico. «Pese a ello, estoy ilusionado por volver a competir y tengo ganas, muchas ganas de volver al tapiz, además en un evento de primerísimo nivel como el Grand Prix de Tokio», comenta el deportista nacido en Catral.
Tras la toma de contacto en el evento Japonés, Dani también tiene previsto medirse en otra cita de nivel para continuar su progresión, será a finales del mes de octubre en otro de los Grand Prix de la temporada, esta vez en la edición que acoge Bulgaria.
Estoy ilusionado por volver a competir y tengo ganas, muchas ganas de volver al tapiz
Dani Ros