Reflejos, precisión, concentración, tacto, rapidez… Son algunas de las características del tenis de mesa, uno de los deportes que integran el abanico de modalidades del FER 2019. Sus actuales embajadores son Alberto Lillo y Marc Gutiérrez. Dos jóvenes alicantinos que coinciden a la hora de tipificar como “casual” sus inicios con las palas. Alberto tenía 10 años cuando empezó a estrechar su relación con el tenis de mesa. “Yo pasaba los veranos en la Urbanización Villa Teresa.
Allí, había una mesa y unas palas. Me gustaba jugar. Fue en el verano de 2011 cuando me apunté a un curso intensivo. A partir de ese momento, este deporte entró de lleno en mi vida”, recuerda Lillo. “Mi primer contacto con el tenis de mesa fue a principios de 2010, con solo 7 años. Para los Reyes Magos, mis padres me regalaron una mesa. Ahí, empezó todo. La mesa aún la conservo, es todo un símbolo de mi infancia y de mi pasión por esta modalidad deportiva”, explica Marc Gutiérrez.
La vida personal y deportiva de Alberto Lillo cambió el pasado mes de septiembre. Su proyección y trayectoria no pasaron desapercibidas para dos de los técnicos del Centro de Alto Rendimiento Joaquín Blume de Madrid. “Me lo propusieron y no lo dudé. Aunque siempre es difícil abandonar a tu tierra y a tu gente, en el CAR hay más medios, más nivel, más competencia. Aquí, está la mayor parte de la selección española absoluta. Si quiero ser un buen jugador senior, he de estar en el CAR”, expresa Lillo, nacido en Alicante y de 18 años.
Al margen de ser, junto con Marc, campeón de España juvenil de dobles en 2018, Alberto acumula ya un expediente más que respetable: plata juvenil individual en el Nacional juvenil y bronce individual en el Open junior de Bélgica en 2018; y oro en dobles y plata individual en el Nacional cadete de 2016.
“Me defino como un jugador listo. Creo que soy fuerte mentalmente y bastante hábil en el aspecto táctico. Por contra, he de mejorar en el apartado físico. Al ser muy alto, mido 1,88, me cuesta ser rápido y explosivo, cualidades vitales en este deporte”, expresa Alberto Lillo, quien este año concluye su etapa juvenil. A la hora de definir a su compañero de dobles, a Marc Gutiérrez, utiliza estos términos: “De Marc, destaco que tiene gran capacidad técnica, no regala fácilmente los puntos y tiene una gran virtud: sabe leer las debilidades de los rivales”. Por su parte, este es el diagnóstico que Marc hace de Alberto: “Es un gran jugador. Es muy bueno técnicamente. Su saque y su revés son fantásticos. Además, es un chaval magnífico”.
Marc tiene 16 años; es casi 2 años más joven que Alberto. Es decir, Marc todavía será juvenil hasta finales de 2020. Reconoce que la marcha de Alberto al CAR de Madrid puede ser un hándicap de cara a los torneos de dobles de esta temporada. Con todo, ni se plantea cambiar de compañero. La devoción de Marc, nacido en la localidad alicantina de Bigastro, por este deporte se demuestra cuando se le pregunta por sus ídolos deportivos. “Mis referentes son Ma Long, un chino campeón olímpico, y Timo Boll, un alemán campeón de Europa. De cara a 2019, se muestra muy ambicioso: “Me gustaría disputar el Campeonato de Europa juvenil y quedar entre los 10 mejores en el torneo individual”, comenta.
Además del oro en el torneo de dobles del Nacional juvenil en 2018, Marc fue bronce individual y bronce en dobles, con Alberto, en el Campeonato de España sub’23; acabó 17º en el torneo individual del Europeo juvenil de 2018; y se llevó el oro en los Nacionales cadete de 2017 y 2018. “Lo que más me gusta de mi deporte es el ambiente entre todos los competidores. Somos rivales, sí; pero también, compañeros y amigos. Lo que menos es que en España es muy difícil poder ser profesional, tienes que irte al extranjero”. Y a la hora de autoevaluarse, Marc señala que sus puntos fuertes son “la técnica, la concentración, y la disciplina. Por otro lado, creo que debo mejorar el aspecto físico (he de ganar en potencia y velocidad) y el mental (he de aprender a controlar los nervios)”.
Alberto Lillo y Marc Gutiérrez, dos de las grandes esperanzas del tenis de mesa valenciano para el futuro. En el horizonte de ambos, el Campeonato de España juvenil de finales de junio. Y, sobre todo, el Europeo en julio.