Sin llegar a languidecer, la temporada de Roberto Sánchez Mantecón estaba perdiendo parte del brillo mostrado a finales de 2017 y principios de 2018. O quizás, más bien, el deportista FER, todavía muy joven (22 años, tercera y penúltima temporada como sub’23), era víctima de la ferocidad de su disciplina, el triatlón. Desde el pasado mes de mayo, está abierta la lucha por la clasificación para los Juegos de Tokio 2020. Un toque de corneta que convierte cada prueba en una auténtica guerra. En emboscadas. Tras dos espectaculares séptimas plazas en sendas Copas del Mundo (la de Toengyong, Corea, en octubre en 2017; la de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, febrero de 2018), el triatleta de Manises había abandonado el escaparate de las primeras posiciones. Hasta que el pasado sábado 20 de julio, en el Campeonato de Europa absoluto distancia sprint celebrado en Tartu, Estonia, Roberto irrumpió de nuevo. Volvió a rugir con fuerza con una fantástica medalla de bronce. El deportista FER recupera terreno en el salvaje y selvático mundo del triatlón. Y ratifica que todavía dará muchas jornadas de gloria.
¿La medalla de bronce del Europeo de Tartu es el principal éxito de tu carrera, o está por debajo de las dos séptimas plazas conquistadas en otras tantas Copas del Mundo, también de distancia sprint?
Sin duda, me quedo con el bronce de este Europeo. Es cierto que es de distancia sprint, es cierto que había ausencias, pero también es cierto que la participación era de gran nivel. Copas del Mundo hay 10 durante un año. Europeos distancia sprint solo hay uno. Le doy un gran valor al logro alcanzado. Estoy muy contento. Ojalá me relance de nuevo.
Daba la impresión de que, en los últimos meses, no estabas al altísimo nivel de finales de 2017 y principios de 2018, y habías perdido cierto brillo. ¿Es una percepción correcta o en absoluto?
Es evidente que, durante los últimos meses, no había podido repetir los grandes resultados con los que acabé la temporada pasada y con los que había empezado el presente curso. Lo que ocurre es que estoy compitiendo ya en pruebas de mayor nivel. Todavía soy joven. La competencia es salvaje. Además, desde mayo, con el inicio de la clasificación para Tokio 2020, cada evento es una guerra. Hay que tener en cuenta todos estos factores.
Precisamente, en principio, esta ausencia de resultados durante los últimos meses podía impedirte estar en el Mundial sub23, previsto en Australia para septiembre. ¿Esperas que este bronce continental de Tartu te permita ir?
No lo sé, la verdad. No depende de mí. Claro que me gustaría estar en el Campeonato del Mundo sub23. De hecho, era uno de los grandes objetivos de la temporada. En la edición del pasado año, en Rotterdam, me quedé con una espinita y quería quitármela. Ojalá pueda ser, pero no está en mis manos.
Aunque eres muy joven y te queda todavía mucho camino por recorrer, ¿te encuentras más cómodo en las pruebas de distancia sprint o en las de distancia olímpica?
Depende de la época de la temporada y del estado de forma en el que me encuentre. En los dos últimos años, ya como sub23, he tenido buenas actuaciones en ambas modalidades. Pero actualmente, si he de quedarme con alguna en concreto, elijo la distancia de sprint.
Por último, actualmente rondas la plaza 80 del ranking internacional. ¿Para cuándo la participación en las citas cumbre del triatlón, en las Series Mundiales?
Ese es mi gran sueño. Diríamos que un triatleta no se consagra en el máximo nivel internacional hasta que no participa en una Serie Mundial. No sé si será posible en 2019. Pero sí que me gustaría llegar ya a alguna de estas competiciones tan mágicas en 2020. Ojalá pueda conseguirlo.