Sus ídolos son David Cal y Saúl Craviotto. No podía ser de otra manera. De piragüista a piragüistas. Bárbara Pardo, una de las incorporaciones del FER 2018, tiene 2 espejos en los que se inspira. Dos leyendas del deporte español a los que profesa una enorme admiración. No en vano, Cal es el deportista nacional con más medallas en los Juegos Olímpicos (un total de 5, 1 oro y 4 platas), mientras que Craviotto, con cuatro podios (2 oros, 1 plata y 1 bronce), comparte la segunda posición de esta selecta clasificación con otros nombres ilustres como Joan Llaneras, Mireia Belmonte o Andrea Fuentes. Bárbara tuvo su primer contacto con las palas y las canoas a los 12 años. “En mi pueblo, en Antella, desde siempre, se practica mucho esta disciplina. Me gustaba la actividad física, pero esta modalidad deportiva nunca me había llamado la atención de una forma especial. Hasta que, en el verano de 2011, me apunté a unos cursos de verano de piragüismo. Solo un mes más tarde, tuve mi primera competición y quedé segunda. Acabó el verano y seguí practicando piragüismo. Y aquí continúo”, explica la nueva componente del Proyecto FER.
Desde principios de 2017, la nueva palista FER se encuentra en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, síntoma inequívoco de su presente y, sobre todo, de su futuro. Durante los dos últimos ejercicios, Bárbara Pardo, de 18 años, ha cubierto con notable éxito su tránsito por la etapa junior. En la prueba de K1-1000m, alcanzó la medalla de plata en 2016 y se proclamó campeona en 2017. Además, durante el pasado curso, participó en el Campeonato del Mundo júnior celebrado en Rumania, donde subió al segundo escalón del podio en la prueba de K4-500m y acabó en la décima posición en K2-500m. “Fue una grata experiencia deportiva. De las mejores que he vivido hasta el momento. Tras estar en el Mundial junior, el objetivo de este año era ser seleccionada para el Campeonato del Mundo sub’23 que se celebra en Bulgaria a finales de julio. Felizmente lo he conseguido y allí estaré. Si pudiera estar en el Mundial absoluto del mes de agosto con tan solo 18 años, ya sería lo máximo”, comenta la palista valenciana.
“El piragüismo me ha está dando mucho”, afirma Bárbara Pardo. “Por muy minoritario que sea este deporte, que lo es, aporta amistades, compañerismo, rivalidad sana, nobleza, valores…”, añade la deportista FER. Curiosamente, a la hora de autoevaluarse, Bárbara nos cuenta una contradicción: “Soy una persona bastante nerviosa, me exijo mucho a mí mismo en el día a día. A veces, acumuló demasiada tensión; sobre todo, en las jornadas anteriores a una gran cita. Sin embargo, una vez me meto en la embarcación, me tranquilizo y me sorprendo por mi autocontrol. Por mi serenidad y capacidad para gestionar la tensión y la presión; especialmente, en los metros finales”, señala la deportista valenciana, quien no se resigna a que el piragüismo “solo sea noticia cada cuatro años, cuando llegan los Juegos Olímpicos. Es un deporte que no falla nunca en ese momento mágico”, afirma, reivindicativa, Bárbara.
Curiosamente, el piragüismo ha podido frustrar una interesante carrera en el mundo de la música. Bárbara se inició con el clarinete a los 6 años y formó parte de la banda de su localidad, Antella. “La música es algo muy importante para mí. Me aporta tranquilidad y me permite desconectar. Lamentablemente, ahora apenas puedo dedicarle tiempo” señala la deportista FER. De complexión fuerte y con notables condiciones para la ejecución de su deporte, Bárbara sabe que aún le queda mucho por crecer. Lo comprobó hace escasos 10 días, en Hungría, en su primera Copa del Mundo absoluta. “Fue una grandísima experiencia. Poder compartir viaje, concentración y vivencias con Craviotto, Cooper o Christian Toro, entre otros, me ha hecho mucha ilusión. Además, pude disputar la final B del 4K-500m. Eso sí, he visto el nivel deportivo y físico de mis rivales, y me he dado cuenta de que todavía tengo mucho camino por recorrer. Pero lejos de acomplejarme, me he picado. He vuelto de Hungría, si cabe, con más ganas y motivación”, reconoce la deportista de Antella. Bárbara va a por todas. Le quedan miles y miles de paladas por delante. Y lo que es mejor, apunta muy buenas maneras. Va muy en serio.