De los subcampeones del mundo juvenil a los campeones mundiales en categoría júnior. Ayer, eran protagonistas Toni Sarió y David Soriano. Hoy, lo son Josep Folqués y Pepe Oliver, otras de las novedades que han contribuido al considerable crecimiento del balonmano, de 2 a 6 integrantes, en el FER 2018. Folqués y Oliver rubricaron en 2017 un bienio dorado. Memorable. En 2016, se proclamaron campeones de Europa en Dinamarca. Y el pasado año, alzaron el trofeo mundial en Argelia. Ambos forman parte de una generación que aspira a recoger el testigo de sus grandes referentes, los componentes de la selección absoluta, los conocidos como “hispanos”, un apelativo que, en los últimos años, se ha extendido como la pólvora, ha generado afición y ha ilusionado a todo el país.
Con apenas 4 meses de diferencia, Folqués y Oliver (ambos nacieron en 1996) han llevado vidas casi paralelas. Tanto, que han compartido múltiples vivencias. En el extremo derecho de la pista, encontramos a Josep Folqués, natural de Algemesí, que comenzó a meter sus primeros goles, precisamente, en el Maristas de su localidad. Pronto, el talento del joven valenciano fue detectado por uno de los mejores clubes de balonmano del panorama nacional: el FC Barcelona, donde coincidió con Pepe Oliver. Actualmente, milita en el Fertiberia Puerto de Sagunto de la liga ASOBAL. Precisamente, este próximo fin de semana, el combinado valenciano afronta la antepenúltima jornada. Un encuentro clave en Galicia, antes el Cangas del Morrazo, en el que se dirime la permanencia.
Con unos imponentes 196 cm, el de Algemesí reconoce que admira “a Jonas Kallman, jugador de la selección sueca que también juega de extremo. Disfruto del balonmano como si fuera un niño; si no, no le dedicaría tanto tiempo de mi vida. Me considero un jugador bastante completo, tanto en defensa como en ataque. Quizás, he de fortalecer mi aspecto mental”, explica Folqués. Su compañero Pepe Oliver, por su parte, tuvo una formación más ajetreada. Pasó su etapa escolar en las filas del Fernández Cruz y el CBM Elche, su localidad natal. Después, dio el salto al FC Barcelona, donde estuvo durante cuatro temporadas. Más tarde, igual que Folqués, disputó una temporada con el Benidorm y, desde hace dos años, forma parte del BM Torrelavega, un conjunto que milita en la segunda categoría nacional y que, a falta de cuatro jornadas para finalizar la liga regular, todavía aspira a una de las cuatro primeras plazas que permiten luchar por el ascenso a la ASOBAL.
Pepe Oliver tiene dos referentes en su vida: “el primero, mi hermano mayor, que siempre me ha inspirado; el segundo, un jugadorazo como Julen Aguinagalde, uno de los grandes de la selección absoluta y que, como yo, juega de pivote”. El deportista ilicitano lleva fuera de casa desde los 14 años, “pero no me arrepiento. El balonmano me lo ha dado todo; sobre todo, gran cantidad de amistades. De hecho, lo que más me gusta es el grandísimo ambiente que me he encontrado en todos los equipos en los que he jugado”, comenta el nuevo componente del Proyecto FER 2018. “Simpático, alegre, muy familiar y gran amante del deporte”, así se define, Pepe Oliver espera que algún día “el balonmano reciba el trato que se merece. En los últimos años, ha dado muchas alegrías al deporte español y merece más protagonismo en los medios”, señala el jugador ilicitano. De momento, Folqués y Oliver han hecho más grande al balonmano en el FER.