Lo “bueno” de un año deportivo negativo es que el siguiente curso solo puede ir a mejor. Tan dado a las técnicas de relajación, a la meditación, a ver siempre el lado optimista de las cosas, Néstor Abad encara este nuevo ejercicio con la esperanza, casi la convicción, de que su suerte, esquiva en 2017, cambiará. Durante el pasado año, el gimnasta de Alcoi, de 24 años, encadenó todo tipo de desventuras y fatalidades. Unas molestias en la clavícula le penalizaron en el Campeonato de Europa de Rumania (su mejor resultado fue una 17ª plaza en el ejercicio de suelo); le impidieron disputar el Nacional absoluto; y le condicionaron en el Campeonato del Mundo de Canadá (su mejor actuación llegó con un 23º lugar, también en suelo). Además, en noviembre, una caída en pleno entrenamiento, le provocó la fractura de un dedo de la mano derecha y le dañó una costilla.
Transcurridos ya unos meses de toda esta sucesión de contratiempos, Néstor Abad mira al futuro con ilusión. Casi en el ecuador del ciclo olímpico, y con el punto de mira en los Juegos de Tokio 2020, el deportista alicantino sabe que afronta un año decisivo. En territorio doméstico, ha de reafirmarse como el principal referente de la gimnasia artística nacional y ha de responder a la seria competencia que representa el joven Joel Plata, único gimnasta español que se clasificó para la final de all around, o concurso completo, del Mundial de Canadá. Lejos de nuestras fronteras, Néstor está obligado a dar un salto de calidad. A plasmar en una cita de postín todo el potencial que se le atribuye. Dos nuevas oportunidades se le presentan este año: el Europeo de Glasgow, en agosto, y el Mundial de Qatar, en octubre.
Néstor Abad sabe cuál es el espejo en el que debe inspirarse: la sexta plaza obtenida en el concurso completo de los primeros Juegos Europeos disputados de Bakú en 2015, su mejor resultado internacional en categoría absoluta hasta la fecha. El gimnasta alicantino Néstor Abad no es ningún neófito a la hora de sobreponerse a las rachas negativas que ofrece el deporte. Si fue capaz de superar dos gravísimas lesiones de rodilla en los años 2012 y 2014, puede perfectamente reorientar su carrera deportiva, y certificar lo mucho y bueno que se le presupone. Antes de asaltar las competiciones, deberá decidir si mantiene el alto nivel de dificultad que presidían sus ejercicios durante el pasado año o si, por el contrario, opta por ser más conservador y menos ambicioso.
Lo que no ofrece ninguna duda es que su legión de seguidores (otro estímulo para el alicantino) esperan ansiosos una gran campanada deportiva de su ídolo. Néstor Abad es un gimnasta mediático. Así se refleja en las redes sociales, en las que el de Alcoi tiene tanta actividad como seguimiento. Ahora, aspira a corresponder tanta fidelidad y confianza. Para ello, solo pide salud. El resto ya lo pondrá de su parte.