Finalizada la temporada invernal de atletismo, y a la espera de que, en breve, otros deportes vayan incorporándose al calendario, el taekwondo es la modalidad que más actividad ofrece en la actualidad. Y sabe aprovechar su oportunidad. En plena cuenta atrás para la celebración de los grandes campeonatos internacionales (el Mundial junior de Túnez, en abril, el Europeo absoluto de Kazán, en mayo), afloran los Open de carácter internacional. Como el disputado este pasado fin de semana en Holanda, uno de los más prestigiosos y reputados en el Viejo Continente, y que ha ofrecido un esplendoroso balance para el Proyecto FER.
Por partes. En la competición absoluta, actuación sobresaliente, cercana a la matrícula de honor, de Raúl Martínez (menos de 80 kg). El taekwondista ilicitano conquistaba la medalla de bronce. Tras ganar tres combates (en cuartos de final, incluso, superó a un contrincante ruso que fue campeón de Europa en 2016), solo cedió en la semifinal ante un adversario noruego. Pero por los pelos. In extremis. En el conocido como punto de oro, una especie de prórroga a la que se recurre cuando el combate ha finalizado con empate. En suma, otra demostración de que Raúl se consolida en la élite internacional y es capaz de competir de tú a tú, sin ningún complejo, frente a cualquier rival. Este bronce de Holanda se convierte en el segundo podio internacional del año. En febrero, el ilicitano ya logró una plata en el Open de Las Vegas. También en categoría absoluta, Daniel Ros, Blanca Palmer y Lorena Cabel cayeron en los segundos combates. En el caso de Lorena (menos de 53 kg), ante la subcampeona del mundo de 2017. Por su parte, Aida Martínez, aquejada de un resfriado, fue derrotada en el primer cruce.
Mientras, la competición junior deparó una doble alegría. Triple, más bien. Por orden cronológico, Alba Palmer (menos de 46 kg) alcanzaba el sábado la medalla de plata. La menor de las Palmer sigue creciendo. Su aspecto, casi angelical, se convierte en fiereza sobre los tapices. Lo mismo ocurre con Palmira Tatay (menos de 68 kg), campeona ayer domingo en Holanda. Además, tras un camino escabroso. En cuartos de final, venció en el punto de oro. En la final, doblegó a la campeona de Europa del pasado año. Después de acusar el salto de categoría en 2017, la deportista de Sedaví comienza a plasmar en cada comparecencia sus envidiables cualidades. El oro logrado en el certamen de los Países Bajos es toda una declaración de intenciones antes del Mundial junior. Porque esta es la tercera alegría. Tanto Alba como Palmira se aseguran su presencia en el certamen universal, previsto a mitad de abril en Túnez.
Al margen del taekwondo, el reciente fin de semana ofreció otros dos triunfos. El más llamativo, el protagonizado por Lidón Muñoz del Campo. La deportista castellonense ratificó que es una de las principales exponentes de la natación española del momento y estableció el récord de España de los 50m libres en piscina larga (25 segundos, 31 centésimas). Lidón consiguió tal hito en el transcurso de una competición del Circuito Catalán en Sabadell. Otro impulso para seguir creyendo en la consecución de su gran objetivo del año: la clasificación para el Campeonato de Europa del próximo verano en Glasgow.
Además, la joven Laura Torregrosa fue segunda en la Supercopa de España cadete de judo en Alicante. Aunque quería el oro, Laura se reencuentra con los podios tras los sinsabores de Fuengirola y Follonica (Italia). Su próxima competición llegará a principios de mayo con el Campeonato de España cadete. Para finalizar, Sandra Alonso no pudo concluir la clásica ciclista holandesa Ronde Van Drenthe. Buscará mejor suerte dentro de 2 semanas en la Gent-Wevelgem, otra clásica de un día, esta vez en territorio belga.