Cuando José Antonio Marí aterrizó hace apenas dos días en México, no podía imaginar la experiencia que le esperaba. El deportista FER viajaba al país centroamericano para disputar el Campeonato del Mundo de natación paralímpica, previsto en la capital, México Distrito Federal, del 30 de septiembre al 6 de octubre. En apenas unas horas, con muchos días de antelación, José Antonio cogerá un vuelo de regreso a España tras haber vivido en primera persona un devastador terremoto y saber que el Comité Paralímpico Internacional suspendía el Campeonato del Mundo de natación.
“Era la 1 del mediodía, hora de aquí, cuando empezaron los temblores. Aunque el epicentro se ha localizado a 100 km de la capital, donde nos encontramos, lo notamos muchísimo. Estábamos en la habitación del Centro de Alto Rendimiento Paralímpico en el que nos habíamos alojado e íbamos de lado a lado. Me acompañaban Sarai, mi pareja, y Miguel Vázquez, mi entrenador. Nos disponíamos a bajar al comedor a comer, pero salimos del Centro por la puerta de emergencia. Fue un momento de bastante pánico, la verdad”, explica José Antonio desde México Distrito Federal, horas antes de volver a España.
“Estuvimos muchas horas en la intemperie. La residencia estuvo cerrada hasta que no se aseguraron de que el edificio no iba a desplomarse. Relativamente cerca de donde estamos nosotros, otras construcciones sí han sufrido desperfectos o incluso han cedido. Algunas ya habían sufrido las consecuencias del seísmo de hace pocos días. En nuestro caso, sí que hemos visto que se ha rajado el suelo del gimnasio y que la piscina donde entrenábamos se quedó medio vacía. El agua de salió por los lados”, cuenta el deportista FER, quien añade: “Apenas hemos dormido esta pasada noche. Entre el impacto emocional vivido, y el permanente ir y venir de ambulancias, era imposible conciliar el sueño”
Sobre la posibilidad de que este Campeonato del Mundo de natación pueda disputarse tras la suspensión decretada por el Comité Paralímpico Internacional, José Antonio Marí ve improbable que el certamen universal pueda disputarse antes de que acabe el año. “Lo veo muy difícil. Aquí es imposible que se celebre con todo lo que ha sucedido y el peligro de posibles réplicas. Y encontrar una sede alternativa con una buena instalación y unas buenas condiciones para albergar un evento de este nivel y con una participación tan numerosa, lo veo realmente complicado”, señala el deportista FER. En pocas horas, José Antonio, junta con su pareja y su entrenador, regresarán a Valencia. Tristes por no poder disputar una competición que tanto les ilusionaba. Impactados y asustados por haber sufrido en primera persona un terremoto tan devastador. Pero aliviados por poder contarlo.