Hace ahora un año, Pablo Torrijos decidía emprender una nueva etapa. El atleta castellonense, de 25 años, abandonaba su Castellón natal y emigraba al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Un golpe de timón a su trayectoria deportiva. Un giro para intentar relanzar su vida atlética. Un viraje para reencontrarse a sí mismo. Transcurrido y finalizado el primer ejercicio tras su decidida apuesta, las conclusiones han resultado muy positivas. Aunque queda mucho camino por recorrer, el componente del Proyecto FER ha recobrado su mejor versión. Aquella que le permitió convertirse en el primer triplista español en superar los 17 metros a principios de 2015. Además, por dos veces. Durante este curso, no ha rebasado de nuevo la mágica frontera, pero la ha merodeado. Buenas perspectivas para el futuro más inmediato.
“El balance de mi primer año en Madrid es muy positivo. He vuelto a crecer, he mejorado, he aprendido, he recuperado confianza. Estoy satisfecho”. Así resume Pablo Torrijos la temporada 2017, un curso definido principalmente por una palabra: regularidad. Tras el estancamiento experimentado durante el pasado año, el atleta castellonense se ha relanzado en los últimos meses. En lo deportivo, se ha beneficiado de la sapiencia y de la experiencia de su nuevo entrenador, el acreditado Juan Carlos Álvarez. En lo personal, se ha apoyado en Eusebio Cáceres, el también atleta FER con quien ha establecido una gran complicidad. Es más, los piques entre ambos se han hecho célebres. Un estímulo más.
Durante 2017, Pablo Torrijos ha superado los 16,70m con relativa frecuencia. Y ha llegado en dos ocasiones hasta los 16,96m, la mejor marca jamás alcanzada por un triplista español al aire libre. Curiosamente, ha volado hasta tal registro de forma capicúa. Al principio del verano (10 de junio, Castellón) y en la última prueba del curso (Rovereto, Italia, 29 de agosto). Con todo, el castellonense es inconformista y autocrítico: “Me da cierta rabia no haber alcanzado mi mejor nivel en las dos grandes citas del año, ni en el Europeo de Belgrado (fue noveno con 16,73m) ni en el Mundial de Londres (acabó decimo con 16,60m). Pero también es cierto que en ambos Campeonatos conseguí los objetivos mínimos que me había marcado, disputar ambas finales”, explica el deportista del Proyecto FER.
Acabar la temporada con la gran actuación firmada en la Reunión Internacional de Rovereto, Italia, el pasado martes 29 de agosto, y la sensación de “hambre” y de cuentas pendientes que le dejaron los pasos por Belgrado y Londres son el mejor aval para el próximo ejercicio. Dentro de unos meses, en mitad del nuevo ciclo olímpico, Pablo Torrijos volverá a las pistas pleno de energía y convicción. “La temporada de aire libre que he realizado este año me da mucha motivación para el próximo ejercicio”, apunta el deportista castellonense. En los próximos meses, le esperan el Mundial de pista cubierta en Birmingham y, sobre todo, el Campeonato de Europa al aire libre de Berlín. Que mejor destino para derribar muros. En este caso, volver a derribar muros. El de los 17m.