Ávida de referentes que sean capaces de generar esperanza para el presente y el futuro más inmediato, y que, además, puedan ejercer de imán para generaciones más jóvenes, la natación valenciana se aferra a su gran exponente de la actualidad. En los últimos años, tras las retiradas de ilustres como David Ortega, Lydia Morant y, más recientemente, Merche Peris, el deporte de la piscina no ha sido demasiado fructífero en la Comunitat Valenciana. No obstante, sí existe una interesante clase media que permite un cierto optimismo. La representa, básicamente, Lidón Muñoz del Campo, una deportista castellonense situada en la vanguardia de la natación española y que intenta progresar en medio de las procelosas aguas de una disciplina muy dura y con una competencia extremadamente feroz.
Camino de los 22 años (los cumplirá en diciembre), Lidón Muñoz del Campo se convirtió en una de las grandes triunfadoras del reciente Campeonato de España absoluto de natación de verano, disputado en Terrassa durante la primera semana de agosto. La sirena castellonense acumuló 5 medallas en otras tantas pruebas individuales: 3 platas y dos oros. Estos últimos llegaron en los 50m libres y en los 50m mariposa. “Sin duda, ha sido mi mejor Nacional absoluto, no solo por los podios conseguidos, sino también por el salto experimentado en mis marcas y por haber brillado en 3 de las cuatro disciplinas, todas menos la braza. Estoy muy contenta, todo lo logrado refleja que he abandonado el cierto estancamiento de los últimos años y que vuelvo a progresar”, explica la nadadora FER.
Ciertos hechos no necesitan ni lecturas ni interpretaciones. Son inapelables. Cuando un deportista es tentado y, finalmente, es persuadido para que dé el paso, abandone su tierra natal y se decida a emigrar a un Centro de Alto Rendimiento, pocas dudas puede despertar su nivel, talento y proyección. Siete años lleva ya Lidón Muñoz del Campo en el CAR de Barcelona. Compagina el máximo nivel deportivo con los estudios de Medicina “Un día tipo en mi vida es así: me levanto a las 05:30, entreno de 6 a 9, estudio de 10 a 13:30, como en torno a las 14h y desde las 15.30 hasta las 19h más entrenos. Después, antes de descansar, retomo los estudios. Todavía me falta bastante para terminar la carrera universitaria, pero no me preocupa. Voy a mi ritmo y la concluiré, por supuesto”, comenta Lidón.
Este año no fue seleccionada para el Campeonato del Mundo de Budapest. La razón, las durísimas mínimas exigidas. “Es el criterio de la Federación Española. Es respetable. Consideran que, para hacer un buen papel, has de acercarte a los tiempos que, cuanto menos, te sitúen en marcas de semifinales de las grandes competiciones internacionales. Para mí, hoy por hoy, este requisito es casi imposible en un Mundial, pero espero lograrlo para el Europeo de 2018, si no en pruebas individuales, sí en las de relevos”.
Dicen que una nadadora alcanza la plenitud a los 24 años, justo la edad que tendrá Lidón Muñoz cuando se celebren los Juegos de Tokio 2020. “Obviamente, ese es mi gran sueño. Soy consciente de que afronto mi último tren olímpico. Se que es muy difícil, pero no lo veo imposible”, señala la deportista FER. Lidón conoce muy bien a Mireia Belmonte, una figura ya casi legendaria. “Admiro su don innato y especial para nadar, y como ha sabido exprimirlo al máximo. Mireia es un ejemplo para todos. Nos ha demostrado que, en mayor o menor medida, la dureza de los entrenamientos encuentra la recompensa. Ojalá su influjo revitalice un deporte tan bonito y espectacular como la natación”.
Para Lidón, ahora llegan unas vacaciones. Cortas, pero merecidas. En breve, volverán los días maratonianos, la vida casi monacal, la disciplina espartana. No le importa. La deportista FER es una enamorada del agua y de la piscina. No duda en afirmar que todo lo que es se lo debe a este deporte. Perfeccionista, autoexigente, minuciosa. Hasta que haya una mínima posibilidad, no cejará en su empeño de apurar todas las posibilidades de clasificarse para Tokio.