Tiene de francés su origen, sus raíces, sus padres, su nombre, sus apellidos… Pero se siente plenamente español y, sobre todo, valenciano. No en vano, Romaric Forques nació en el país vecino en 1999, pero, junto con su familia, se mudó a Valencia con tan solo 5 años. Alto (1,82m) y de gran corpulencia física, el nuevo deportista del Proyecto FER se enamoró del triatlón a partir de una dolencia médica detectada cuando todavía era un niño. “Con 8 años, me diagnosticaron una escoliosis en la columna vertebral y me aconsejaron practicar la natación para corregir tal anomalía”, recuerda Romaric. Pero, curiosamente, al igual que su amigo y compañero Javier Lluch, “hacer solo natación me aburría. Puesto que también me gustaba correr e ir en bici, me incliné por el triatlón a los 12 años. 6 años después, estoy encantado con aquella decisión”, añade el deportista valenciano.
Su rápida progresión no pasó desapercibida. Sobre todo, para él mismo, cada vez más ilusionado con las buenas sensaciones y los mejores resultados con los que finalizaba sus primeras pruebas. Así, hasta que en 2015 se le planteó la posibilidad de trasladarse a la Residencia Joaquín Blume de Madrid. “Me surgió la oportunidad de presentar una beca para incorporarme al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Me la concedieron. Aunque era muy joven y no me resultaba fácil separarme de Valencia y de mi familia, decidí dar el paso. Allí he estado dos años. El balance ha sido muy positivo. Los entrenamientos son de mayor calidad. Estás en contacto con deportistas del máximo nivel. Las condiciones son casi perfectas”, comenta Romaric Forques. No obstante, hace unas semanas decidió poner punto final a su periplo madrileño y regresar a Valencia. En concreto, a Bétera. Su lugar de residencia y, de nuevo, su centro de operaciones. Ahora, a las órdenes y bajo la supervisión de Jordi Jordá Sorolla.
Aunque ya en 2015 empezó a cosechar interesantes registros (por ejemplo, la cuarta plaza en el Campeonato de España en la categoría cadete), fue durante el pasado año cuando protagonizó su explosión deportiva. Sobre todo, con la fantástica medalla de bronce alcanzada en el Campeonato de Europa cadete celebrado en Hungría. Un bronce que bien pudo ser un oro. “Solo seis segundos me separaron del título”, rememora Romaric. Cuando se le pregunta por sus características, el nuevo triatleta FER considera que su punto fuerte es su “mentalidad y carácter a la hora de competir. Soy muy luchador, muy mal he de encontrarme para rendirme. Por el contrario, me falta experiencia, aunque creo que este bagaje lo iré adquiriendo con el paso de las semanas y las pruebas”, explica Romaric. Con respecto a las disciplinas, no hay ninguna en la que destaque especialmente o en la que, por el contrario, sufra. Es un deportista completo. El triatleta total.
El nuevo deportista FER ha vivido un curso complicado. Accidentado. Una auténtica montaña rusa. En su primera temporada como junior, empezó con brillantez. En la Copa de Europa de Quarterira, Portugal, celebrada a principios de abril, el triatleta FER fue sexto de 70 participantes y se quedó muy cerca del podio. Después, una caída en la prueba de selección y clasificación para el Campeonato de Europa le privó de ir al certamen continental. Las desgracias se acentuarían con una lesión tan extraña como incómoda: una perforación en una de sus costillas que, hasta su detección, le provocaba un gran sufrimiento en los entrenos diarios. Por último, la gran alegría del curso: la segunda plaza y, por tanto, la medalla de plata en el Campeonato de España junior. Un excelente resultado que le debería permitir disputar el Campeonato del Mundo del próximo mes de septiembre en Holanda, donde ya tiene plaza asegurada Javier Lluch. No obstante, la decisión, en última instancia, corresponde a la Federación Española.
Y así establece su modelo perfecto de triatleta: “me quedo con la capacidad competitiva de Javier Lluch, con la fiabilidad de Javier Gómez Noya, con la carrera a pie de Mario Mola, y con el carácter y garra de Fernando Alarza. Pero si he de quedarme con un triatleta en concreto, elegiría al francés Vicent Luis. Lo veo muy completo a todos los niveles”. Palabra de Romaric, otra joya deportiva por pulir del Proyecto FER.