Viento de cola para el rugby español. Desde hace un tiempo, uno de los deportes que más expansión y popularidad está adquiriendo en territorio nacional. Los últimos éxitos (sobre todo, la presencia de ambas selecciones de seven, la masculina y la femenina, en los Juegos Olímpicos de Río 2016) han incrementado considerablemente el interés por esta espectacular modalidad. El crecimiento de la disciplina del balón ovalado también se traduce en el Proyecto FER, en cuyas filas, año tras año, se registra un incremento de sus exponentes. Desde el pasado mes de abril, dos féminas, Luz María Redondo de Haro y María Calvo Balaguer, forman parte de la nómina de componentes del equipo FER. A ambas les une la pasión por este deporte. Por lo que ocurre en el terreno de juego y, sobre todo, por las vivencias y las experiencias una vez concluyen las melés, los ensayos y los placajes.
Para Luz María Redondo de Haro, Luce en el mundillo del rugby, su idilio con este deporte se origina a los 11 años. “Con esa edad, me fui a pasar un verano a Montpellier, Francia. Estuve con una familia en la que uno de los chicos lo practicaba. Un día, me invitó a verle jugar y a la semana siguiente ya era una más del equipo. Dos años más tarde, ya me incorporé a la escuela del CAU Valencia. Este deporte me había enganchado”, recuerda la componente del Proyecto FER. Tras cuatro temporadas de pertenencia al conjunto valenciano, etapa en la que fue campeona de España sub 18 de rugby 15 con la selección valenciana, Luce, de 18 años, emigró a Madrid. Actualmente, juega en el Cisneros de la capital de España, equipo con el que ha logrado el ascenso a la División de honor femenina. “Como delantera, me considero una jugadora bastante rápida, muy contundente en el placaje, valiente y con gran determinación en el terreno de juego. Por el contrario, he de mejorar en condición física, en musculatura, en la técnica de carrera y en el pase”, explica Luce Redondo.
Terca, trabajadora y perseverante, así se define, Luce está enamorada de todos los valores intrínsecos al rugby. “Puede parecer un tópico, pero no lo es. El honor, el respeto al rival, el compañerismo, el espíritu de equipo están muy arraigados en este deporte”, señala la componente del FER. “Me gusta mucho salir a correr y nadar. Quiero algún día correr un Maratón. Además, me encanta leer, aprender idiomas y tocar la guitarra”, explica Luce, quien cursa Estudios Internacionales de Derecho. En cuanto a ídolos, se queda con Richi McCaw, eterno capitán de All Blacks, y la neozelandesa Portia Woodman. Luce, que sueña llegar a unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Rugby 15, se proclamó el pasado verano subcampeona de Europa sub 18 de seven con España. Compartió éxito con María Calvo Balaguer, otra de las jugadoras del Proyecto FER. Nacida en febrero de 1999 en Moncada, María se inició en el rugby a los 8 años. Tras su paso por el UER Moncada y por el Tatami, se incorporó al Rugby Club Valencia, equipo en el que milita en la actualidad.
Quienes bien la conocen, hablan de su esplendoroso futuro. Pronostican que, en breve, formará parte con regularidad de la selección española absoluta. De seven y de 15. “Ojalá sea así”, expresa María, quien añade: “para llegar a esos niveles, tendré que mejorar en muchos aspectos; sobre todo en la velocidad. Por contra, me considero una jugadora muy luchadora, muy trabajadora. Me encanta placar”. Con el balón ovalado entre las manos, María se transforma. Enérgica y decidida, en el terreno de juego; vergonzosa y tímida, fuera del mismo. Y amante del tercer tiempo, una de las principales señas de identidad del rugby. “Lo de juntarte a comer y a charlar con tus rivales después de un partido es fantástico”, explica la joven deportista de Moncada. Campeona de España sub 18 de rugby 15 con la selección valenciana el pasado mes de abril, María explica que le gusta practicar el surf, escuchar música, así como estar con sus mascotas. “Me encantan los animales”, explica esta gran esperanza de futuro del rugby valenciano, cuyos referentes son los jugadores neozelandeses Dan Carter, Jonah Lomu y Richie Macaw, y el italiano de origen argentino Sergio Mateo Parisse. Su sueño, como no, llegar a unos Juegos Olímpicos.