Ser campeón y subcampeón de Europa junior de triatlón durante dos años consecutivos es un logro al alcance de muy pocos. Solo algún que otro privilegiado puede presumir de tal excepcional balance durante su bienio como junior. El Proyecto FER y el deporte valenciano tienen el honor de contar con uno de esos elegidos. Javier Lluch Pérez (Valencia, 23/04/1998) certificó el pasado sábado en Kitzbuhel, Austria, que es un diamante en bruto. Aunque en la élite y en el máximo nivel deportivo pocas casualidades existen, el triatleta valenciano demostró que el oro del pasado año en Lisboa no fue un hecho aislado. Tampoco, un guiño del azar. Ni siquiera, un golpe de fortuna. Es más, Javier no revalidó la corona continental por apenas un segundo. Tras un frenético y vibrante sprint final, el deportista FER concluía en la segunda posición de los 70 competidores presentes en el certamen. Una plata que lo consolida en la cúspide internacional.
Oro en 2016, plata en 2017. Espectaculares resultados en los dos Campeonatos de Europa junior…
Estoy muy satisfecho. Ya lo hubiera firmado cuando empecé mi etapa como junior. Y aunque pueda parecer sorprendente, casi me sabe mejor la plata de este año en Austria que el oro de 2016 en Lisboa. Al menos, le concedo el mismo valor y mérito. En esta ocasión, ya no iba de tapado, estaba más vigilado, tenía más presión… Por tanto, muy feliz con el subcampeonato continental.
En todo caso, no revalidaste el oro de Lisboa de 2016 por apenas un segundo. Al igual que el pasado año, todo se resolvió en el sprint
Así es. Sabía que, si llegaba al tramo de la carrera a pie en el grupo cabecero, tendría serias opciones de, cuanto menos, repetir podio. Por mi complexión física, en la carrera es donde más destaco. La pena fue no poder superar al campeón, un portugués junior de segundo año que era otro de los favoritos. Pero me quedo con otras conclusiones positivas; por ejemplo, mi progresión constante en natación, el segmento que más se me resiste.
Has demostrado ser un excelente competidor, tener un gran carácter y una cabeza privilegiada, porque, por diversas razones, la temporada no iba del todo bien, ¿verdad?
Sí. Aquel descuido de hace dos meses en la Copa de Europa junior de Quarteira, donde no pude competir por llegar tarde al box para dejar el material antes de la prueba, me afectó bastante. No acababa de tener buenas sensaciones, ni físicas ni mentales. Pero afortunadamente, he recuperado mi mejor versión en la cita clave de la temporada. Esta demostración de saber competir, de responder a la presión y de tener madurez me va a servir de mucho para el futuro. Me dará mucha confianza.
Por último, por delante todavía dos grandes retos en el 2017. Sobre todo, el Campeonato del Mundo del mes de septiembre en Holanda. ¿Qué objetivo te marcas para el Mundial?
De salida, una plaza entre los 8 mejores del mundo colmaría bastante mis expectativas. Tengo una espina clavada del año pasado, donde unas durísimas condiciones, mucho calor y altísima humedad, me llevaron a un desfallecimiento en Cozumel, México. Espero resarcirme este año. Y antes del Mundial de Rotterdam en septiembre, está el Campeonato de España junior a finales de julio en Banyoles. Ahí buscaremos hacer podio, claro.