Solo han transcurrido cinco meses desde sus respectivos golpes de timón. Los beneficios de sus virajes aún están por cuantificar. Ya mismo, con el inicio de las competiciones oficiales, deberían de empezar a percibirse las bondades de los giros aplicados a sus vidas atléticas. Pero, de momento, las sensaciones son muy buenas. Tanto Eusebio Cáceres como Pablo Torrijos se muestran “encantados” de las valientes decisiones tomadas después del verano, las que les llevaron a abandonar sus poblaciones natales para trasladarse al Centro de Alto Rendimiento de Madrid y ponerse a las órdenes del prestigioso preparador Juan Carlos Álvarez. “Aunque llevamos poco tiempo, las conclusiones no pueden ser más positivas. El sistema de trabajo es muy metódico”, coinciden los dos saltadores FER a la hora de emitir sus particulares diagnósticos.
Eusebio y Pablo presentan muchos puntos en común. Muchos paralelismos. Para empezar, la edad. 25 años para el primero; 24 para el segundo. Desde sus inicios en el atletismo, ambos habían forjado su carrera atlética en sus respectivos lugares de nacimiento, Onil y Castellón. Los dos están considerados como los mejores saltadores horizontales en España de la última década: Eusebio, en longitud; Pablo, en triple salto. Por diferentes motivos, y cada uno con sus particularidades, los dos deportistas del Proyecto FER habían entrado en una fase de cierto estancamiento y desmotivación. Ambos necesitaban nuevos estímulos, nuevos alicientes para recuperar el vigor de antaño. Y, de momento, no hay ningún atisbo de titubeos ni arrepentimientos.
Aunque un problema familiar ha alterado su ritmo diario y habitual, Eusebio Cáceres destila optimismo. Víctima de un sinfín de lesiones, el deportista alicantino llevaba tres años en blanco. “Necesitaba un cambio. Al margen de que, de momento, estoy entrenando sin molestias, mi propensión a las lesiones me aconsejaba tener al alcance un control médico mucho más cercano y exhaustivo. Y aquí lo tengo”, señala el saltador FER, quien se ve capaz de superar el espectacular brinco de 8,37, su plusmarca personal, y que le concedió el oro en el Campeonato de Europa sub 23 de 2013 en Finlandia. “Este año hay Europeo en pista y Mundial al aire libre. En estas dos grandes citas quiero estar para, como mínimo, alcanzar las finales”, apunta Eusebio, quien en pocos días empezará a buscar los 7,90m exigidos para competir en el certamen continental bajo techo de Belgrado del próximo mes de marzo.
En similares términos se expresa Pablo Torrijos, el primer triplista español capaz de superar los 17m. Lo hizo, y por partida doble, en el invierno de 2015. La segunda vez (17,04m) le valió para ser subcampeón de Europa en pista cubierta en Praga. “Ese es mi primer reto del año, defender durante el mes de marzo en Belgrado el podio logrado en el Campeonato de Europa bajo techo hace dos años”, comenta el atleta castellonense, obligado a alcanzar los 16,40m para personarse en la capital serbia dentro de un mes. A Pablo, le resultó muy difícil separarse de Claudio Veneziano, su preparador de toda la vida. Ahora, los dos saltadores FER intentan recuperar el terreno perdido. Y lo hacen complementándose el uno al otro. Torrijos lo aclara: “Eusebio es más rápido que yo, pero en el gimnasio yo tengo mejores niveles de fuerza”. “Motiva tener a Pablo tan cerca. Te obliga a esforzarte más y a no relajarte en ningún momento”, apostilla Cáceres. Las apuestas van por buen camino. El objetivo es coincidente: emerger de nuevo.