Desde bien pequeño, Rubén Padilla estaba predestinado a convivir con el deporte. Las Escuelas Municipales de Alicante de finales de los años 90 y principios del 2000 así lo pueden atestiguar. Poseedor de un don y unos genes especiales, actividad que se ponía a tiro, actividad en la que participaba. Modalidad que probaba, modalidad en la que destacaba, “salvo el fútbol, que nunca se me dio del todo bien”, matiza el deportista alicantino. Así es como descubrió el remo. “Recuerdo que a los 9 años tomé contacto por primera vez con esta disciplina. Me gustaba por ser algo distinto y diferente. Y lo hacía bastante bien. A medida que pasaban las semanas, más ganas tenía de que llegaran los sábados por la mañana para remar”, rememora el componente del Proyecto FER. Así es como a los 11 años, empezó a viajar a competiciones oficiales. Meses más tarde, a los 12 años, alcanzó su primera medalla, una plata en el Campeonato de España alevín. La llamada definitiva. El inicio de un camino sin retorno.
A partir de ese momento, Rubén Padilla, que cumplirá 26 años el próximo mes de febrero, empezó su particular idilio con el remo. Su crecimiento le permitió incorporarse al equipo nacional en el año 2007. Dos cursos más tarde, en 2009, el deportista alicantino disputó su primera gran competición internacional: el Campeonato del Mundo junior en Francia, en el que conseguía la quinta plaza en la modalidad de cuatro sin timonel. Fue en 2011, al saltar a la categoría sub 23, cuando Rubén se trasladó de su Alicante natal a Sevilla, sede de un Centro Especializado de remo, y cuyo centro de operaciones y entrenamiento es el Rio Guadalquivir. Como sub 23, el deportista FER participó en tres grandes certámenes: en el Mundial de 2011 de Holanda, fue undécimo en cuatro scull; en el Mundial de 2012 de Lituania, finalizó sexto con la embarcación de ocho con timonel; y en el Mundial de 2013 de Austria, alcanzó su, hasta la fecha, logro más relevante: medalla de bronce en la disciplina de doble scull.
Una lesión de rodilla le condicionó y lastró desde finales del 2014. “No sé cómo fue, porque no sufrí ningún episodio traumático, pero me rompí el menisco de la rodilla derecha. Siempre he pensado que fue por estrés, por exceso de carga y de entrenamientos”, explica Rubén Padilla. Con todo, no se operó. “Pude evitar el quirófano. Y, transcurridos dos años, y toco madera, no siento molestias, me encuentro bien”, añade el deportista alicantino. Ya como remero absoluto, Rubén fue décimo en el doble scull del Europeo de Serbia de 2014, terminó undécimo en el ocho con timonel del Mundial de Francia de 2015 y concluyó decimotercero en el doble scull del Campeonato de Europa de Alemania de 2016. “Si he de elegir una especialidad favorita, me quedo con el doble scull. Es la disciplina en la que me encuentro más cómodo”, precisa el remero FER.
Rubén Padilla encara un año 2017 en cuya agenda sobresalen dos citas de enjundia. En mayo, y en una sede todavía por determinar, se celebrará el Campeonato de Europa; y en octubre, California acogerá el certamen mundial. El número de representantes que el remo español pueda desplazar a estas competiciones no solo depende de aspectos únicamente deportivos, también de razones económicas. La previsión de Rubén es la siguiente: “lo normal es que los cuatro remeros que compitieron en los Juegos de Río (dos chicos y dos chicas, y todos ellos en la modalidad de 2 sin timonel) repitan este año en el Europeo y el Mundial, y en la misma especialidad. A partir de ahí, creo y deseo que el remo español pueda contar en ambas citas con dos embarcaciones más: un doble scull y un cuatro sin timonel. Si este pronóstico se cumple, ojalá sea así, he de luchar por entrar en una de estas dos opciones. He de pelearme con otros 12 compañeros, y la mayoría comparten mi día a día en Sevilla”, explica Rubén. Así es que como el deportista FER inaugura el nuevo ciclo olímpico. “Todo lo que hago es por ser olímpico. Y sé que muy posiblemente afronto mi último tren, mi última oportunidad”. ¿Lo cogerá?