Aunque alejado de los habituales cánones físicos y corporales de un decatleta, Jorge Ureña (Onil, 08/10/1993) está llamado a marcar toda una época en el universo de las pruebas combinadas en España. Desde luego, el atletismo nacional ha depositado muchas esperanzas en el deportista alicantino, una de las incorporaciones del Proyecto FER 2016. Sus escasos 1,78m de altura (10 centímetros menos que, por ejemplo, el actual plusmarquista mundial, el norteamericano Ashton Eaton) se compensan con velocidad, fuerza, flexibilidad, potencia y agilidad. Éstas son las armas con las que Jorge Ureña tratará en las próximas semanas de conseguir la mínima que le permita clasificarse para los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
En su particular cruzada de alcanzar el pasaporte olímpico se entremezclan todo tipo de variables. Las hay positivas. Vienen dadas por su innegable talento, por sus privilegiadas condiciones y por su enorme ambición, casi voracidad. Pero existe un contrapeso. Jorge solo dispondrá de dos oportunidades para sellar su billete a Rio: la prestigiosa reunión internacional a finales de mayo en Austria, la más importante del mundo en pruebas combinadas, y el Campeonato de Europa del mes de julio en Ámsterdam. Dos comodines para alcanzar el exigente registro de los 8.100 puntos. Quienes mejor le conocen no tienen ninguna duda de que estará en Brasil. Su convencimiento es absoluto.
Aunque su gran explosión está por llegar, Jorge Ureña ya ha protagonizados espectaculares destellos. Chispazos que revelan una enorme calidad. En 2015, ya se consagró como el mejor español en el arte de las pruebas combinadas (tanto al aire libre como en la pista cubierta), y se proclamó subcampeón de Europa sub 23 al aire libre en Estonia. Y 2016 no pudo empezar mejor. El pasado 31 de enero estableció en Reims, Francia, un nuevo record de España de heptatlon (6.076 puntos) y liquidó la marca que se mantenía vigente desde que Antonio Peñalver la implantara en el año 92. Ahora, ya se ha trazado su siguiente reto: batir la plusmarca española en decatlón (8.526 puntos), invariable desde el año 98, cuando la acreditó Francisco Javier Benet.
Sobresaliente en las vallas y la longitud, más limitado en los lanzamientos, Jorge Ureña es otro de los productos de la factoría de Onil, la pequeña población alicantina de tan solo 7.000 habitantes y de la que también ha emergido otra de las figuras del atletismo español, Eusebio Cáceres. En realidad, la figura de Jorge Ureña no solo es peculiar por no responder al prototipo físico del decatleta corpulento y robusto. Hay más razones que refuerzan su singularidad. Por ejemplo, sus entrenadores son Jesús Gil y José Antonio Ureña, que, además, es su padre. Normalidad y sencillez frente a los elitismos. Y por si fuera poco, al nuevo deportista FER le gusta tocar el tambor en una famosa charanga de Onil. En las próximas semanas, Jorge percutirá por su gran sueño de convertirse en deportista olímpico con tan solo 22 años. En Ureña, todo, o casi todo, es diferente.