Corazón en un puño. Respiración contenida. Dedos cruzados. Pulsaciones aceleradas. Máxima emoción. No apto para cardiacos… Cualquiera de las expresiones enumeradas se podrán leer y escuchar esta semana con motivo del desenlace de la liga de fútbol más interesante de los últimos años. Pero, también, todos estos enunciados son aplicables a la decisiva semana que afrontan dos deportistas del Proyecto FER. El destino ha querido que todo el trabajo, esfuerzo y sacrificio invertidos durante muchos meses se conviertan en recompensa o frustración en apenas unos días u horas. Laura Gómez y Rafael Andarias dirimen esta semana su clasificación para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Rio 2016. El todo o el nada se dilucida en tiempo récord. De hecho, este sábado, ambos sabrán si viajan, o no, a Brasil este próximo verano. La línea entre la gloria y el sentimiento de vacío se presenta más delgada e imperceptible que nunca.
Obviamente, los resultados y méritos acumulados en los últimos meses y años no son estériles. Tanto Laura como Rafa llegan a este último golpe de riñón gracias a la trayectoria descrita desde hace un tiempo. Ahora bien, la rúbrica al pasaporte más anhelado pasa, en gran medida, por lo que ocurra en estas últimas competiciones, las definitivas para conceder o denegar las plazas olímpicas o paralímpicas en sus respectivas modalidades. Y puesto que, en ambos casos, la igualdad es extrema y feroz, al paraíso deportivo se puede acceder de dos maneras: o por la excelencia propia o por los errores ajenos. Aquello de solo puede quedar uno cobra más vigencia que nunca.
Laura Gómez pone punto y final a su vorágine preolímpica en el Grand Prix de Kazajistán. Durante el último año y medio, desde que empezó 2015, la judoca valenciana ha estado presente en 25 competiciones: 15 en el anterior curso, 10 en el actual ejercicio. La penúltima se desarrolló este pasado fin de semana en el Gran Slam de Bakú, capital de Azerbaiyán, donde la deportista FER obtuvo una meritoria quinta plaza. El vertiginoso y desbocado viaje llega a su última estación este viernes. A día de hoy, Laura estaría clasificada para los Juegos de Rio. Pero todavía no puede cantar victoria. Al igual que otras cuatro o cinco aspirantes, Laura continúa bailando sobre un finísimo alambre. En su mente se entremezclan la ilusión y la prudencia. Se ve en Brasil, pero, al mismo tiempo, es consciente de que todavía ha de esperar a la plena confirmación.
Más simplificada se presenta la lucha que mantiene Rafa Andarias. El regatista paralímpico de Xàbia, reserva en los Juegos de Londres 2012, también ha sido protagonista de un incesante carrusel de eventos durante los últimos 12 meses. Pero en realidad, el tramo de resultados con más incidencia en la carrera paralímpica ha sido el desarrollado durante los primeros meses de 2016. Cuatro eran las pruebas puntuables; cinco, el ramillete de aspirantes nacionales a la única plaza disponible para competir en la especialidad 2.4mR durante los Juegos de Rio. Tras la celebración de tres competiciones (el Campeonato de España, el Trofeo Internacional Princesa Sofía y la primera jornada de las cuatro que integran el Circuito Iberdrola), la competencia ha quedado reducida prácticamente a dos candidatos: el andaluz Arturo Montes y el deportista FER Rafa Andarias. La solución se conocerá esta semana, en la prueba que se va a disputar en el Lago di Garda, en Italia, correspondiente al circuito Eurosaf. En esta misma regata, pero en 2015, Andarias fue segundo. Si repite resultado, muy posiblemente el sábado lo pueda celebrar.