El deporte siempre ofrece segundas oportunidades. Posibilidades de resarcimiento. Ventanas para curar heridas. Alternativas para saldar deudas pendientes. A estas reparadoras opciones de futuro se aferra Bárbara Pardo (Antella, Valencia, 25 años). La palista del Proyecto FER siempre supo que el billete para los Juegos de Paris representaba un reto superlativo, de extrema dificultad. Nunca se resignó, pero sí fue consciente de la extraordinaria magnitud del desafío. Lo comprobó, de primera mano, en el Selectivo Nacional de piragüismo, celebrado en Galicia a principios de abril de 2024. Pese a ofrecer unas prestaciones más que correctas, no pudo conseguir los resultados que, cuanto menos, le hubieran permitido viajar al Preolímpico de Hungría. Es decir, el sueño olímpico quedaba aplazado. Ahora, llega el instante de retomarlo. Para Bárbara, el anhelo de Los Ángeles 2028 se pasea permanentemente por su cabeza.
Sí. El foco, el objetivo y la ilusión están fijados en Los Ángeles. Es mi ciclo. Ahora bien, para que ese sueño tome forma, antes tendré que ganarme la presencia en los Campeonatos de Europa y del Mundo. Y, por supuesto, deberé hacerme un hueco en las pruebas y en las embarcaciones que formen parte del programa olímpico. Queda mucho y será complicado, pero vamos a por ello.
Principalmente, me gustaría enfocarme hacia el K4-500m, que es, posiblemente, la prueba reina del piragüismo. Lograr una óptima adaptación, una buena compenetración entre las cuatro componentes de la embarcación es muy difícil, pero, si se consigue, la sensación es maravillosa. Dicho esto, tampoco descarto el K2-500m.
Cada vez, mejor y más competitiva. Cada vez, me considero más cerca del resto de chicas españolas. He notado un crecimiento en los años 2023 y 2024, mis primeras dos temporadas como absoluta. Me veo más madura, más experta Y, lo más importante, aún soy joven y tengo recorrido, tengo margen de mejora para alcanzar mi mejor nivel.
Sí, dejo Galicia y me desplazo a Asturias, donde compartiré mi día a día con mi compañera Sara, que, al igual que yo, va a intentar ganarse un sitio en el equipo nacional para llegar al Mundial y al Europeo de 2025. Más adelante, vendrán más chicas. Conozco a casi todas las compañeras con las que voy a convivir en esta nueva etapa. Y con todas, tengo una buena relación. Soy optimista y creo que va a ser una etapa fructífera.