El triatlón de la Comunitat Valenciana hizo historia durante el pasado verano. Nunca había estado presente en unos Juegos Olímpicos. París 2024 enterró la irrelevancia, y dio paso al protagonismo. El pionero fue Roberto Sánchez Mantecón (Manises, cumplirá 29 años en febrero). El embajador FER conservará, de por vida, tal honor. Establecido el hito, inscrito su nombre en los anales del deporte valenciano, Roberto no pudo redondear la fiesta en la capital francesa. Simplemente, no tuvo su mejor día. De por sí, el triatleta FER sufre en el segmento de natación. En París, las fuertes corrientes existentes en el Río Sena convirtieron el tramo acuático en una emboscada. Roberto fue uno de los grandes perjudicados. Subió a la bici ya sin opciones, con la prueba rota en mil pedazos. Al final, 36ª plaza (del total de 55 participantes) para el deportista de Manises.
Roberto Sánchez regresó de París con sensaciones encontradas. Al mérito de llegar a unos Juegos Olímpicos, a la satisfacción de haber logrado un pasaporte carísimo y muy trabajado, a la felicidad de haber disfrutado de una experiencia con la que soñó desde que era un niño, se añadían la frustración, por un resultado inesperado, y la decepción, por no ofrecer las prestaciones deseadas. Además, a los pocos días de su vuelta, fue víctima de una indisposición que le mantuvo apartado de los entrenamientos durante dos semanas. Todo aquello es historia. Como lo es el pasado ciclo olímpico, una etapa repleta de grandes resultados, de espectaculares conquistas.
Ahora, Roberto se adentra en una nueva etapa. No lo tiene fácil. No obstante, el escenario no le resulta desconocido. Siempre nadó a contracorriente. Nunca fue ningún súper talento. Tampoco destacó por su exuberancia física. Pero sí atesora lo más preciado: una incansable capacidad de trabajo, una prodigiosa mentalidad, una férrea convicción en sus posibilidades, un envidiable afán de superación… A todo ello vuelve a agarrarse para demostrar que no ha dicho su última palabra.
Bien. Tras las Navidades, ya hemos retomado las rutinas y los entrenamientos. Estamos ya preparando el primer bloque del curso.
No, la verdad. En el fondo, es lo que más me gusta, lo que me hace sentirme contento y motivado. Mi estilo de vida, el que yo he elegido, se basa en entrenar y en exigirme al límite, pero también, en descansar y en cuidar mi cuerpo. Estoy muy ilusionado de cara a la nueva temporada.
Motiva, sin duda. A más nivel y exigencia, más motivación. Además, ya sé a lo que me enfrento. Llevo ya muchos años en el circuito y conozco perfectamente el durísimo camino que me espera. La experiencia también ayuda.
Por supuesto que me queda cuerda, tanto en lo técnico, como en lo físico (cuando hablo de lo físico, me refiero al volumen, intensidad y carga de trabajo). Afortunadamente, apenas he sufrido lesiones durante el último ciclo, lo cual me permite seguir exprimiéndome al máximo. No he dicho, ni mucho menos, mi última palabra.
No sé si es la edad perfecta, pero sí es una edad muy buena. Hay gente que explota pronto y luego desaparece. Y hay deportistas que van creciendo año a año, que se sostienen en el tiempo. Yo he sido de estos últimos. Por tanto, como he comentado en la respuesta anterior, creo que sigo en condiciones de exigirme al máximo.
De cara a 2025, mi objetivo es ser uno de los 10 o 15 primeros en las Series Mundiales. Este año, no las disputaré todas. Y otro objetivo para este curso es clasificarme para el Mundial 70.3 (el Mundial de Medio Ironman) que se celebrará en Marbella en noviembre.