Con algunos días de antelación, Nacho Campos Beas ha recibido, y disfrutado, su particular regalo de Navidad. No ha sido un obsequio material o convencional, sino una experiencia impagable, emocionante, apasionante, enriquecedora. Ni más ni menos que su debut en un Campeonato del Mundo absoluto de natación. Aunque era un certamen que se desarrollaba en piscina corta, en pileta de 25 metros, no dejaba de ser un Mundial absoluto. Y su estreno en un evento de esta dimensión no ha podido resultar más reconfortante. En lo deportivo, porque ha contribuido a los excelentes resultados obtenidos por sendos cuartetos españoles en pruebas de relevos. En lo personal, porque ha vibrado como nunca, porque ha comprobado, de primera mano, el embrujo de las grandes competiciones internacionales. Nacho (Castellón de la Plana, 20 años) ha regresado con ganas de más. Ha llenado sus depósitos de motivación e ilusión para darle sentido a su titánico esfuerzo por hacerse un hueco en el inmisericorde ámbito de la natación.
Y desde dentro, también. Hicimos dos muy buenos relevos. Además de llegar a las finales, conseguimos establecer nuevas plusmarcas nacionales. En este tipo de competiciones, es muy importante el resultado propiamente dicho, pero también, superarte a ti mismo. Es decir, mostrarte competitivo y responder en el momento preciso. Nosotros lo hicimos. Y por partida doble. Además, hay que tener en cuenta que el nivel de este Mundial ha sido tremendo. Sólo hay que repasar la gran cantidad de récords universales que se han logrado.
Estoy contento, pero no completamente. He mejorado mis tiempos, pero también es cierto que salía con el relevo ya lanzado, no como primer relevista. Sigo pensando que lo puedo hacer un poquito mejor, pero me quedo con los pasos que estoy dando.
He vuelto emocionado e impresionado. Imaginaba que sería así, pero la realidad ha superado las expectativas. Ha sido una experiencia inolvidable. Desde el momento en que llegas al escenario del evento, se nota que es otra historia muy distinta a lo que yo conozco, se percibe que es todo muy profesional. Y poder convivir y tener tan cerca a los mejores del mundo es muy motivador.
Hay muchos, pero me quedo con dos. El primero es salir a la piscina para afrontar el primer relevo, el 4 x 100m. No sabía muy bien lo que habría detrás de la puerta, no sabía lo que me encontraría. Y lo que vi es un estadio espectacular, lleno, con un enorme marcador, con la bandera de España y mi nombre en ese marcador… Y luego, me quedo con la ilusión en las horas previas a la final del 4 x 200m. Sentíamos que el podio era posible. Fueron momentos muy bonitos.
Por supuesto. He regresado con las pilas cargadas. Tengo ganas de repetir una vivencia como ésta. Si un Mundial de piscina corta ha sido así de vibrante, me puedo imaginar lo que será un Mundial de verano en piscina larga o unos Juegos Olímpicos.