Sobran los motivos para considerar a Enrique Llopis Doménech (Bellreguard, 24 años) como uno de los nombres propios del deporte valenciano en 2024. Un curso para enmarcar. Una temporada para el recuerdo. El atletismo le ha devuelto a Llopis todo lo que le había negado en tiempos pasados. Tras no pocas desventuras y sobresaltos, ahora, se imponen los momentos de prosperidad y bonanza. De todo lo mucho y bueno aportado por el embajador FER en este año que ya concluye, destaca, cómo no, la espectacular cuarta plaza obtenida en la final de los 110m vallas de los Juegos de París. Un resultado tan escalofriante como real. El diploma olímpico conquistado en el imponente Stade de France elevó a Quique a la cima de la disciplina. No hay duda: ya forma parte de la nobleza internacional.
Transcurridos dos meses desde aquel explosivo momento, Llopis sigue teniendo en su mente vaivenes emocionales. Tan pronto siente orgullo por una inmensa conquista, como una cierta insatisfacción por saber que, con su mejor versión, con su mejor marca, hubiera estado en el podio. “No fue mi día más brillante en París. Desde luego, estuve mejor en las semifinales, pero, si lo evaluamos fríamente, es un excelente resultado. Pensando que no existe la carrera perfecta y que yo era el único europeo entre los ocho finalistas, tengo razones para estar más que satisfecho”, señala el pupilo de Toni Puig.
El diploma conseguido en los Juegos Olímpicos fue la punta del iceberg. El año ofreció mucho más. Arrancó con una sensacional cuarta plaza en el Campeonato del Mundo en pista cubierta, en Glasgow. En aquella final, el deportista FER consiguió marca personal bajo techo, 7:53, y sólo cedió ante estrellas como el estadounidense Grant Holloway, el italiano Lorenzo Simonelli y el francés Just Kwaou-Mathey. Este resultado en el certamen mundialista indoor se convirtió en el mejor presagio de todo lo que estaba por acontecer con la llegada del verano y del aire libre. Y lo que estaba por acontecer era, simplemente, la explosión del atleta valenciano.
Foto: Real Federación Española de Atletismo (RFEA)
Hay un dato tan apabullante como revelador. Llopis empezó la temporada de aire libre con una marca personal de 13:30, crono alcanzado en dos ocasiones: la primera, en el Europeo de Múnich 2022; la segunda, en el Mundial de Budapest 2023. Ahora, su mejor registro a la intemperie es 13:09, marca fijada el pasado 30 de junio, en la final del Campeonato de España, y que le ha situado a apenas cinco centésimas del récord nacional, que ostenta Orlando Ortega con 13:04 desde 2016. Pese a ello, el mago de Bellreguard se muestra prudente: «Si tiene que venir, vendrá. Si uno está en buen estado de forma, el récord llega sin buscarlo. Cinco centésimas parece poco, pero rebajarlas es muy difícil. Ahora bien, si continúo con mi progresión, pienso que es viable. Me veo capaz”, apunta Quique.
Todavía falta un gran hito por exponer. Antes de su portentosa exhibición en el Campeonato de España, en La Nucía, Llopis se proclamaba subcampeón de Europa. Fue en Roma, un 8 de junio. En la final, tras parar el reloj en otro deslumbrante 13:16, sólo cedió ante el italiano Lorenzo Simonelli. Con toda esta acumulación de grandes recuerdos e hitos, el atleta FER ya prepara el nuevo curso. La temporada de pista cubierta se presenta especialmente exigente por la celebración de dos grandes competiciones: el Campeonato de Europa (Apeldoorn, Holanda, del 6 al 9 de marzo) y el Campeonato del Mundo (Nankín, China, del 21 al 23 de marzo). Para el aire libre, queda la competición estrella de 2025: el Mundial, previsto en Tokio entre el 13 y el 21 de septiembre de 2025. Allí buscará meterse en otra gran final internacional y repetir la proeza de los Juegos de París. El futuro es halagüeño. Y a largo plazo, Llopis pretende volver al olimpo en Los Ángeles, pero antes, queda todo un ciclo plagado de retos: asaltar el récord de España, la batalla deportiva por el trono nacional con su amigo Asier Martínez, la exigencia de consolidarse en la super élite internacional… Quique está preparado.